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Tres subversivos regresaron a sus hogares gracias al Ejercito Nacional

Tres guerrilleros entre ellos una mujer, dejaron las armas y con ayuda del Ejército Nacional, regresaron a sus hogares para disfrutar de la Navidad y las fiestas decembrinas.

Fader, Sergio y la Kankuama, huyeron de las filas guerrilleras del frente José Manuel Martínez Quiroz del ELN y se presentaron ante las tropas militares del Batallón de Ingenieros N°10 de la Décima Brigada Blindada manifestando su deseo de abandonar la guerra y reincorporarse a la vida civil.

Alias Sergio, es un hombre de 32 años, que fue reclutado en la vereda Caño Fino, entre los corregimientos de Atanquez y Guatapuri en el Cesar, cuando apenas cumplía 16 años de edad, “nada fue como me lo pintaron, nunca recibí un buen pago, jamás pude ver a mi familia, y lo peor de todo el trato y los continuos castigos a los que fui sometido, mi salud empezó a deteriorarse, sentí que perdía fuerza y por eso huí para volver a mi casa al lado de mi familia”.

Por su parte, la Kankuama, luego de 12 años de arduo y continuos trabajos guerrilleros, dijo estar dolida por el tiempo que fue alejada de la familia y la civilidad “fue más de una década de dolor, digo dolor, porque no hay cosa que duela más que estar lejos de los tuyos, llevaba 12 años sin ver a mi familia y sin saber dónde estaban, mientras estuve en territorio colombiano no pude saber de ellos, pero al llegar con el grupo a territorio venezolano pude salir y buscar la forma de contactarlos, es ahí cuando empiezo a considerar la oportunidad de entregarme al Ejército”.

Faber o Juan, de 26 años fue reclutado hace once años en la Serranía del Molino en Venezuela, exactamente en el sector de Totori y Yarumal, pero igual que sus compañeros de grupo decidió dejar la lucha subversiva y regresar a la vida civil con el apoyo de los soldados. “Ingresé por que donde yo vivía veía pasar muchas mujeres guerrilleras, eso me motivo, y durante muchos años estuve en territorio guajiro y en la parte baja de la Sierra Nevada, por el río Jerez y río Tapias, pero me aburrió las preferencias de los comandantes y el mal trato con mucho de nosotros, tome la decisión y junto a Sergio y la Kankuama nos entregamos, queríamos una Navidad en familia y lo logramos”.

Luego que estos tres guerrilleros depusieran las armas, el Programa Nacional de Desmovilización, acogió y dispuso todos los medios para que ellos disfrutaran del calor de la Navidad junto a sus familiares y amigos, el encuentro fue emotivo “Gracias infinitas a los soldados, gracias siempre por devolvernos la vida y la fuerzas para servirle a la sociedad” así lo dijo la Kankuama.

Categories: Judicial
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