La Conferencia Episcopal de Nicaragua, mediadora y testigo del diálogo nacional, suspendió este lunes las mesas de trabajo creadas para superar la crisis en el país debido a la agresión física que sufrieron los obispos en la basílica de San Sebastián, en la ciudad de Diriamba.
El Episcopado había citado para el lunes a la mesa de Verificación y Seguridad, así como a la mesa Electoral, mas no así a la de Justicia, para reiniciar el diálogo nacional, sin embargo, optó por aplazar las dos mesas de trabajo tras los sucesos en Diriamba.
Este lunes un grupo de parapolicías irrumpió violentamente en la la basílica de San Sebastián, donde agredieron a varios obispos y periodistas, entre ellos el nuncio apostólico en Nicaragua, Stanislaw Waldemar Sommertag, el cardenal Leopoldo Brenes y el obispo Silvio Báez.
La agresión ocurrió cuando los obispos viajaron a Diriamba, 42 kilómetros al sur de Managua, para liberar a un grupo de enfermeros y misioneros franciscanos sitiados por los parapolicías en el templo.
La agresión contra los obispos ocurrió después de que una delegación de la Iglesia católica, acompañada por la Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPHD), entró en la plaza central de Diriamba, cuya basílica estaba rodeada por unos 200 encapuchados paramilitares y parapolicías, así como decenas de policías fuertemente armados y algunos de ellos también con los rostros tapados.
Cuando la delegación eclesiástica llegó al lugar los agentes uniformados desaparecieron para dar paso a centenares de encapuchados civiles y simpatizantes del presidente Daniel Ortega.
“El Estado de Nicaragua funciona y seguirá funcionando y hará uso de su deber constitucional, su obligación institucional para mantener el orden, la seguridad y la paz”, dijo el canciller Denis Moncada al salir del Seminario Nuestra Señora de Fátima, en Managua, tras suspenderse las mesas de trabajo del diálogo nacional.
Nicaragua atraviesa la crisis sociopolítica más sangrienta desde la década de 1980, con Ortega también como presidente, que ha dejado al menos 320 muertos, según organismos humanitarios.