TERESÓPOLIS, Brasil (AP) —
El ejército brasileño envió el lunes 700 soldados para que ayuden a la gente en barrios que no reciben alimentos o agua, y para que recuperen cadáveres después de los fuertes aludes que mataron al menos a 642 personas.
Los soldados ya han levantado un puente en la ciudad de Teresópolis, pero al menos 10 autopistas permanecen bloqueadas en la escarpada zona al norte de Río de Janeiro donde se produjeron los aludes.
Los bloqueos hacen que sea difícil transportar la maquinaria necesaria para iniciar las masivas tareas de limpieza y de recuperación de cuerpos encallados entre el barro y los destrozos de las casas.
Los soldados planean construir puentes móviles de hasta 60 metros (200 pies) que sean suficientemente robustos para cargar con cientos de piezas de equipamiento que son necesarias.
Fuertes lluvias removieron toneladas de tierra y rocas, y provocaron que torrentes de agua bajaran por las montañas hasta llegar directamente a poblados que son espacios de recreo durante los fines de semana.
Los grupos de rescatistas han de acceder aún a 20 barrios, aunque una pausa de la lluvia y mejor visibilidad permitieron que unos 12 helicópteros empezaran a llevar cajas de suministros y bomberos a las zonas, al mismo tiempo que sacaban a heridos de ellas.
Aún así, volar en una región de altos picos montañosos es peligroso, dijeron los pilotos. También hay pocas pistas de aterrizaje y los tendidos eléctricos están escondidos entre las cimas, dando la apariencia de espacios claros.
En Teresópolis, los alcaldes de las tres ciudades más afectadas por los aludes planeaban coordinar los esfuerzos de reconstrucción. Se calcula que estos costarán 1.200 millones de dólares.