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Sepultado en Barranquilla el maestro Armando Zabaleta

Con honores

El Heraldo / EL PILÓN

En medio de cantos y notas de acordeón el pasado nueve de junio fue llevado a su última morada, en Jardines de la Eternidad el compositor Armando Zabaleta Guevara, nacido en El Molino (La Guajira) el 21 de diciembre de 1927, fallecido el en Barranquilla tras una prolongada enfermedad (mal de Parkinson), que se le complicó en los últimos días con fallas respiratorias y renales.

Familiares y amigos lo despidieron con sus propias canciones al compás de los acordeones del rey vallenato 2010 Luchito Daza, el veterano José María Chema Martínez, Armando Darío Zabaleta Jr, y Álex Jiménez, y las voces de Beto Zabaleta (primo del desaparecido compositor), Marcos Díaz, el consagrado juglar Camilo Namén, Tobby Tovar e Isaías Uribe. El único que no tuvo aliento para agarrar el acordeón fue Luis Guillermo, uno de los hijos menores de Zabaleta Guevara.

Ahí estaban muchos amigos y admiradores de Zabaleta. Ismael Rudas, Adolfo Pacheco Anillo, Roberto Calderón, Nelson Peláez, El Mago Borletti, Manuel El Mello Pérez, Rafael El Chiqui Daza Rodríguez, Noemí Zabaleta (rectora del colegio Camilo Torres y prima del compositor), el ex alcalde de El Molino Fernando Vence Zabaleta y la presidenta de la Fundación Colonia Cesarense en Barranquilla, Isabel Cristina Castro Gnecco.

Viejas historias

Uno de los que más recordó anécdotas de Zabaleta fue Eugenio Felipe Sánchez, mejor conocido como Pipe, nacido en Río de Oro, sur del Cesar. Pipe desde muy joven abrazó con pasión las causas del Partido Conservador, al lado de dirigentes que seguían las orientaciones de Mariano Ospina Pérez en los años 40 y luego del poeta y abogado payanés Guillermo León Valencia en los años 50 y 60 del siglo pasado.

En 1962 cuando Valencia llegó al Palacio de San Carlos como Presidente de la República, meses después de estar en el cargo invitó a Bogotá a los principales líderes conservadores juveniles del país. Entre esos fue Pipe. Y Valencia, que había estado en campaña por los lados de Aguachica y Río de Oro, recordó la ardentía de aquel muchacho que, además, le había organizado una amena tertulia musical. Le encargó que, cuanto antes, le llevara al palacio presidencial a los mejores músicos amigos suyos de la viaje Provincia del Magdalena Grande (todavía no existía el departamento del Cesar).

Sánchez organizó la parranda de la mejor manera con Rafael Escalona por delante, Luis Enrique Martínez en el acordeón, Pablito López en la caja y como cantante y guacharaquero Armando Zabaleta, quien al calor de la parranda se perdió. Horas más tarde lo encontraron en la cocina despachándose la comida de todos, hasta la del presidente Valencia.

Esa noche fue cuando el Presidente le regaló a Escalona la célebre garra del águila que había cazado cuando era niño en Popayán. Zabaleta le hizo una canción.

“Escalona tiene una garra de águila que Valencia le obsequió/ en la fiesta vallenata que él hizo en el palacio presidencial/ una de las primeras que mató/ cuando estaba muy niño en Popayán/ con su dedicatoria se la dio/ ya se la lleva para Valledupar/.

Categories: Farándula
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