Desde la Penitenciaría de Alta Seguridad de Cómbita, Boyacá, fue planeado el secuestro perpetrado del ingeniero civil, Jorge Daniel Aragón Russo, de 48 años, y del arquitecto Edgardo José Gómez Posada, quienes fueron citados para una propuesta de trabajo en zona rural del municipio de San Alberto, sur del Cesar.
Las autoridades informaron que los autores intelectuales del doble secuestro son unos reclusos que integran una banda delincuencial dedicada a la extorsión, que con sus compinches en diferentes sectores del país, extorsionan y ordenan secuestrar para obtener jugosas sumas de dinero. En el caso de los dos profesionales de la construcción oriundos de Santa Marta, Magdalena, les exigían a sus familiares la suma de 250 millones de pesos para dejarlos en libertad sanos y salvo, pero la presión de los organismos de seguridad permitió el rescate de ellos sin el pago de la exigencia económica.
Según las investigaciones adelantadas por las autoridades, las víctimas habrían sido contactadas mediante engaño por integrantes de la banda delincuencial a quienes le ofrecieron exorbitantes salarios, teniendo en cuenta que una vez hubo arreglo económico para que realizaran un proyecto de mejoramiento de viviendas, viajaron hacia el lugar acordado para la firma del contrato, a bordo de una camioneta marca Toyota Hilux de placas BOM-403, en la que fueron interceptados por varios hombres armados, quienes los despojaron de sus teléfonos celulares y los obligaron a continuar la marcha por una vía terciaria, para luego embarcarlos en otro vehículo que los llevó a la parte alta de la Serranía de Los Motilones, en el sur del Cesar.
Para evitar que los delincuentes salieran del área, el Ejército y la Policía establecieron un perímetro, cercaron la zona con tropas y helicópteros, mientras otros uniformados les seguían el rastro.
El Gaula de la Policía interceptó varias llamadas telefónicas a los captores en el que les manifestaban a los familiares las coordenadas exactas para la entrega del dinero y eso permitió orientar a las autoridades en la búsqueda de los plagiados.
Quienes cuidaban los secuestrados debieron abandonar el área de refugio y dejar abandonado a las víctimas al notar el acercamiento de las tropas militares y de la Policía por aire y tierra.
Fueron delincuentes comunes
“Se trata de una banda de delincuencia común. Vamos a continuar con la investigación, con el fin de capturar esta estructura criminal”, explicó el brigadier general Helder Fernán Giraldo Bonilla, comandante de la Quinta Brigada del Ejército, con sede en Bucaramanga.
El oficial recordó que el secuestro tuvo lugar el pasado martes 6 de diciembre, en el sur del Cesar y su liberación se produjo tres días después en la vereda Monserrate, municipio de San Alberto, Cesar.
Por Abdel Martínez Pérez