Mediante aportes de fuentes humanas y labores de vecindario, uniformados de la Seccional de Investigación Criminal, Sijín, de la Policía Nacional, investigan el crimen del que fue víctima el sargento pensionado de esa institución, Ángel Abusto Ramos Fernández, de 47 años, ultimado a balazos en la noche del pasado miércoles.
De acuerdo a lo informado por las autoridades, el hecho sangriento con el que ahora asciende a 64 el número de homicidios perpetrados en la capital del Cesar, ocurrió poco antes de las 8:00 p. m. en la calle 28 con carrera 4D del barrio Villa del Rosario, ubicado al suroriente de la ciudad.
“Estamos indagando (…) hasta el momento el motivo, razón o circunstancia del hecho está por establecer. Se trata de una persona sin antecedentes, que fue intendente de nuestra Policía, que estaba pensionado y que, al parecer, se dedicaba a labores de préstamo de dinero. En el reconocimiento al lugar de los hechos no se evidenció la existencia de cámaras de seguridad que hubieran podido documentar el asesinato, pero se recogieron testimonios entre las personas que estaban presentes y que contextualizaron lo ocurrido, indicando que una persona se acercó hasta la víctima, sin mediar palabra le disparó y se fue”, precisó el comandante operativo de la Policía en el departamento del Cesar, teniente coronel Freddy Delgado Cáceres.
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A su vez señaló que, aunque no se ha establecido si el caso se trató de un acto sicarial o si fue producto de un hurto, después del hecho y valiéndose de la oportunidad, una persona ajena tomó el bolso que portaba el hoy occiso pero una cuadra más adelante lo entregó ante las autoridades. Ello permitió que fuera identificado mediante sus documentos personales.
“Las unidades judiciales están dando la misma prioridad que se le ha dado a los últimos casos que se han presentado en la ciudad, mediante labores que a la fecha nos han permitido resolver el 60 % de los que se han establecido. Este es de mucha importancia para nosotros”, acotó el oficial.
¿Quién era la víctima?
Por su parte, María Auxiliadora Sarmiento Molina, esposa del sargento, señaló que este se destacaba por su intachable comportamiento y sin olvidar los ideales que lo llevaron a integrar las filas de la Policía Nacional durante 20 años, siguió presto a servir a sus semejantes durante sus últimos siete años de vida, periodo que prosiguió a su jubilación de la institución.
“A las autoridades les pido que se haga justicia. ¡Ya basta!, no entiendo por qué a personas inocentes les pasan estas cosas. Mi esposo no fue mala gente; los que lo conocían, a quienes él ayudó a seguir adelante y les tendió la mano cuando lo necesitaron, lo saben. Exijo que esto no quede impune, que no sea solamente el comentario de que lo mataron y no se haga nada.
No sé si se trató de un hurto o si era que querían matarlo porque todo es muy confuso. Él no tenía enemigos, nosotros vivíamos como personas normales, no teníamos problemas; a pesar de que él tenía su carro, siempre salíamos en la moto para hacer nuestras vueltas mucho más rápido. Él nunca me había dicho que quisieran hacerle daño, no tenía armas ni vivía asustado, no lo extorsionaban ni nada parecido”, indicó su mujer.
ASÍ OCURRIÓ
Según lo informado por la fémina, Ramos Fernández había salido de su casa sobre las 7:00 p. m., informándole que iba a cobrar el dinero que les había prestado a dos comerciantes, y que iría inicialmente al barrio El Páramo y posteriormente a la carrera cuarta.
“De lo poco que me pude enterar, porque no he tenido cabeza para ir a averiguar, es que él venía bajando por la calle 28 y dos tipos, que eran unos muchachos jóvenes, lo atacaron, le dieron un disparo en la espalda y cuando mi esposo cae, le dan otros en la cabeza. Luego las personas que llegan lo auxilian. Él llevaba un canguro y en medio de la conmoción se lo hurtan, le sacan sus pertenencias, y más adelante encontraron su documento de identidad. Él salió a cobrar a un cliente que tenía, como lo hacía todas las noches. Prestaba dinero en pocas cantidades”, dijo su esposa.
Pese a que la víctima fue trasladada por residentes del sector al Hospital Rosario Pumarejo de López, nada pudieron hacer por él los galenos de ese centro asistencial dado que llegó sin signos vitales por la gravedad de las dos heridas de bala que recibió en el rostro.
Sobre Ángel Abusto Ramos Hernández se conoció que era natal de Barranquilla, era padre de una joven de 24 años y un menor de 16, y desde hace 23 años se había asentado en Valledupar junto con su familia. Sus exequias se realizarán en las próximas horas en esta capital.
POR: DANIELA MARBELLO / EL PILÓN