El balígrafo se ha convertido en un símbolo de la transición de Colombia de la guerra hacia la paz. Surgió por iniciativa del Ministerio de Educación que, a partir de 500 balas de ametralladora y fusil, usadas en combate y donadas por Indumil, fabricó los primeros balígrafos, uno de los cuales será usado por el presidente Santos para firmar el Acuerdo Final de Paz.
El Presidente Juan Manuel Santos anunció que el balígrafo se utilizará para firmar el Acuerdo Final de Paz, este lunes 26 de septiembre en el Centro de Convenciones de Cartagena.
Además, el mandatario obsequiará balígrafos al Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon, y a los presidentes de los distintos países que asistirán a la histórica ceremonia.
El balígrafo se ha convertido en un símbolo de la transición de Colombia de la guerra hacia la paz. Surgió por iniciativa del Ministerio de Educación que, a partir de 500 balas de ametralladora y fusil, usadas en combate y donadas por Indumil, fabricó los primeros balígrafos, uno de los cuales será usado por el presidente Santos para firmar el Acuerdo Final de Paz.
El balígrafo tiene una inscripción hecha con láser que dice: “Las balas escribieron nuestro pasado. La educación, nuestro futuro”. Esto representa la transición de elementos que sirvieron para la guerra y ahora servirán para educar hacia la paz.
Según la Ministra de Educación, Gina Parody, dicha herramienta pedagógica está siendo entregada a diferentes escritores, periodistas, artistas y niños de escuelas públicas de Colombia, con el objetivo de que escriban o dibujen historias que hablen del futuro de la paz en el país.
Para fabricar los 500 ‘balígrafos’ fueron necesarias seis semanas de trabajo y un estudio de diseño industrial que perfeccionó el prototipo, presentado por la agencia McCann para producirlos en serie.
Las balas o municiones están compuestas por tres elementos: el casquillo o cartucho, el proyectil y la pólvora. Después de que una bala es disparada solo queda el casquillo y algo de pólvora, ya que el proyectil fue expulsado y la mayoría de la pólvora se quema en el momento del disparo. El cartucho o casquillo es el único elemento de las balas originales que hace parte de los ‘balígrafos’.
Los casquillos llegaron al taller maltratados, con abolladuras y con un color diferente al original. Allí se les sometió a un proceso de creación que empezó con su limpieza y desinfección. Se les quitaron todos los restos de pólvora y se alinearon las abolladuras. Luego vino el proceso de pulido y lavado para que recuperaran su color dorado original.
La fase final consistió en grabarles en la superficie el logo de Ministerio de Educación y la frase mencionada. Tras lo cual se les agregaron los elementos de un lapicero: mango, mina, resortes y la punta.