La Ciénaga de Santa Isabel, un hermoso espejo de agua de más de dos kilómetros cuadrados, ubicada en el pie de monte serrano de Perijá, que ha servido de fuente de abastecimiento pesquero a cerca de 150 familias, que habitan el poblado que le da su nombre, y que forma parte de la jurisdicción del municipio de Curumaní, ubicado en donde se inicia el sur del departamento del Cesar, poco a poco se sedimenta, debido a una concesión de agua otorgada por la autoridad ambiental a cultivadores de palma y arroz.
El hecho llamó la atención al alcalde de Curumaní, Henri Chacón, al inicio de su gobierno, quien lo puso en conocimiento del Ministerio del Medio Ambiente, pero es la hora y la amenaza que se cierne sobre la reserva hídrica aún persiste.
“La ciénaga de Santa Isabel, está pasando un momento crítico porque la ciénaga es alimentada por el río, y resulta que el río, en estos momentos es desviado, ya que hace muchos años se entregó una concesión para desviar las aguas para irrigar unos cultivos de arroz y palma africana, los cuales en estos momentos, su cauce natural que es el que oxigena la ciénaga, porque el río le inyecta el agua que cae sobre ella y resulta que se está muriendo es la vida, las especies de fauna y flora que coexiste en la ciénaga se están acabando, en estos momentos y cada día se deteriora más” dijo el mandatario local.
“Yo mandé a comienzo del año 2012, un comunicado al Ministerio del Medio Ambiente solicitándoles que la Corporación Autónoma Regional asumiera los correctivos para efecto de que se empiece otra vez a oxigenar la ciénaga, en respuesta mandaron un oficio, como a mediados de diciembre, exigiéndole a la Corpocesar que otra vez retomen y le concedan otra vez las aguas del río a la ciénaga, ya está de parte de la Corporación, que tomen las medidas pertinentes para efecto de que la ciénaga de Santa Isabel vuelva ser importante”, aseguró el Alcalde.
Los campesinos de la zona que ven afectada su seguridad alimentaria han realizado solicitudes al gobierno para salvar la ciénaga, por fortuna encuentran en el mandatario local su disposición de defender lo que considera como un patrimonio de los habitantes de ese territorio.
“No es tanto la seguridad alimentaria, sino que esta es un patrimonio de ellos, la gente de Santa Isabel, que fue una población golpeada por el conflicto armado, que hoy es considerada víctima casi en su totalidad porque ahí todo el mundo fue desplazado y aparte del golpe duro que sufrieron hoy están sufriendo la necesidad de tener la ciénaga que le proveía de sus alimentos, con una pesca artesanal y hoy la gente está padeciendo porque no tienen siquiera para el pescado”, enfatizó Chacón Amaya.
¿Palma de aceite una amenaza?
Uno de los cultivos que más agua requiere en su proceso, es la Palma africana o aceitera y en la zona de la Ciénaga de Santa Isabel, se adelantan varias plantaciones, las que según el alcalde no se pueden considerar una amenaza si se plantean otras alternativas de riego
“Yo creo que el cultivo de palma, es un cultivo que genera estabilidad laboral y genera desarrollo económico, pero lo que hay que mirar, es sin afectar y sin atentar contra lo que hoy tenemos, nuestras riquezas hídricas, contra nuestras fuentes de agua, no podemos poner en riesgo las poblaciones que están asentada en las riberas, las poblaciones que están, que viven de esa fuentes hídricas, no podemos ponerlas en riego por unos cultivos. Lo que hay que mirar de pronto es cómo el gobierno también les facilita, aprovechando las riquezas de aguas subterráneas del municipio de Curumaní, como se garantiza el tema de pozos profundos para efecto que ellos puedan hacer sus riegos y que no afecten las fuentes que hoy son tomadas por los campesinos por las personas que están asentadas en los corregimientos”, dijo el Alcalde de Curumaní.