La red internacional de resistencia a las actividades petroleras Oilwatch, conformada por organizaciones sociales, comunitarias y ambientalistas de Asia, África y América Latina, se pronunció respecto a los problemas que ha generado la técnica del Fracking en las labores de extracción de petróleo que iniciarán en San Martin.
En el marco de la Asamblea General que se realizó en Quito, el organismo manifestó su preocupación ante la alarmante situación que padecen los pobladores del municipio debido a que “enfrentan un proyecto de fracking a cargo de la empresa ConocoPhillips, y sobre las cuales se cierne una fuerte amenaza de represión y criminalización”. Este hecho los llevó a hacer un llamado en contra de la represión y a solidarizarse con la causa.
“Aunque las expresiones sociales han sido masivas y contundente, se sigue desconociendo y desvalorizando la decisión popular, negando el derecho a la participación, la protesta y rechazando el diálogo como forma de resolver este conflicto”, indicó la red a través de un comunicado público.
Oilwatch también mostró su rechazo frente a la falta de intervención de los entes gubernamentales nacionales, regionales y locales para impedir las labores de exploración y explotación de yacimientos no convencionales mediante la técnica de fracturamiento hidráulico en el bloque VMM-3, que entre otros municipios, comprende a San Martin.
“Al gobierno colombiano le exigimos la suspensión inmediata del proyecto de fracking en la región del sur del Cesar, haciendo uso del Principio de Precaución, dadas las nefastas consecuencias que está provocando en los países donde se vienen impulsando; y por el contrario, realizar estudios e investigaciones independientes que permitan evaluar las implicaciones que tendría la utilización de esta técnica”, indicó la red.
Desde que se conoció el proyecto se han realizado manifestaciones pacíficas para defender el territorio de San Martín ante a la agresiva técnica con la que se busca extraer petróleo en la zona y desde hace algunos días se han hecho plantones en el corregimiento de Cuatro Bocas, para demostrar el rechazo de la comunidad al ingreso de la maquinaria para la perforación del Pozo Pico Plata 1.
Congresistas respaldan a la comunidad
A través de una carta enviada al Gobierno Nacional, varios congresistas pidieron atender los reclamos de los habitantes del municipio de San Martín, al sur del Cesar, y no maltratarlos por ejercer su derecho a oponerse al fracking.
En el documento firmado entre ellos por los representantes cesarenses Eloy Quintero Romero de Cambio Radical y Cristián José Moreno del Partido de la U, se informa que desde hace dos meses la comunidad de este municipio viene manifestando su oposición a que en su territorio se adelanten actividades tendientes a desarrollar esta práctica.
“Los riesgos sociales, económicos y para la salud pública de los sanmartinenses son altísimos y los medios para mitigar o prevenir los negativos efectos de este método de extracción de hidrocarburos no cuentan con evidencia cierta sobre su eficacia”, dice la misiva.
Los congresistas aseguran que es evidente que la regulación en Colombia sobre el fracking es débil y laxa, pues múltiples estudios han demostrado que la insuficiente información sobre las características y el estado de conservación de los sistemas de agua superficial y subterránea, la estructura y composición de sus subsuelos y la sismicidad de sus territorios aumentan los riesgos de esta actividad.
“Por la gran incertidumbre y los probados daños que el fracking ha causado en otros países, el gobierno colombiano debería actuar con responsabilidad y aplicar el principio de precaución. Le solicitamos al Gobierno Nacional atender los reclamos de los habitantes de San Martín y bajo ninguna circunstancia violar su derecho constitucional a la protesta social”, indica un parte del documento.
La carta fue firmada por Angélica Lozano Correa, Claudia López, Jorge Eliécer Prieto, Antonio Navarro Wolf; Jorge Enrique Robledo, Iván Cepeda Castro, Víctor Correa Vélez, Alirio Uribe Muñoz, Alberto Castilla Salazar, Cristian Moreno y Eloy Quintero.
Por Daniela Marbello Gómez y Andreina Banderas