Las fuerzas militares acantonadas en el municipio de Aguachica, sur del Cesar, lograron recuperar dos tulas de las cinco que fueron hurtadas de la avioneta secuestrada en el aeropuerto Hacaritama el miércoles anterior. Serían cerca de $ 1.200 millones los que hallaron en los operativos realizados después del hurto, en cuya misma operación capturaron al piloto de nacionalidad brasilera.
Las autoridades confirmaron a los medios de comunicación que la aeronave secuestrada fue recuperada en un terreno plano, ubicado en la vereda El Juncal, corregimiento de Puerto Mosquito, a unos 15 minutos del municipio de Aguachica, donde la avioneta aterrizó de manera improvisada. En su descenso hizo contacto con varios cables de energía, lo que le causó serias averías a una de las alas y la hélice, cuyos daños impidieron que esta alzara vuelo nuevamente hasta el aeropuerto donde fue secuestrada de manera cinematográfica, cuando llegaban desde Bucaramanga con la remesa de dinero.
A la tripulación conformada por el piloto, copiloto y el guarda de seguridad, este último de la empresa de valores Prosegur encargado de custodiar la valija, la obligaron a descender de la avioneta cuando carreteaban la pista, donde entregaría el dinero a los representantes de la empresa que se movilizaban en un carro blindado.
La aeronave recuperada es una Piper PA-34, de la empresa Aerogalán, de matrícula HK-4935, la cual había despegado del Aeropuerto de Palonegro de Bucaramanga, con destino al municipio de Aguachica, Cesar, en donde los cuatro delincuentes armados con fusiles, no dejaron concluir su plan de vuelo.
Voceros de la Segunda División del Ejército, con sede en la capital de Santander y con radio de acción en el Cesar, confirmaron a los medios de comunicación la captura del piloto extranjero, quien asumió el control de la aeronave con la remesa millonaria, pero los otros tres cómplices lograron evadir el cerco militar, “pero están plenamente identificados y están siendo buscados tanto en el Cesar, como en los dos Santanderes, donde las autoridades presumen que estén refugiados con “ 1.800 millones”, indicó una fuente.
El piloto brasileño, identificado como Eduardo Rays, fue conducido en medio de estrictas medidas de seguridad hasta las instalaciones de la Policía de Aguachica y en horas de la tarde de ayer jueves, lo trasladaron en un helicóptero a Valledupar, donde fue entregado a las autoridades judiciales para legalizar su captura. En la misma operación encontraron dos fusiles, una miniuzzi, uniformes camuflados del Ejército colombiano sin identificación y radios de comunicación de alta frecuencia, utilizados para llevar a cabo el multimillonario robo, cuyo dinero recuperado fue hallado en el mismo lugar donde cayó la aeronave, pero escondido en un sector enmontado.
El periódico El Tiempo, publicó que el fiscal general Néstor Humberto Martínez anunció que al hombre se le imputarán cinco delitos: retención de aeronaves, hurto agravado, tentativa de hurto, porte de prendas privativas de las Fuerzas Militares y porte de armas.
Martínez aseguró que uno de los “elementos de investigación más importantes tiene que ver con la circunstancia de que hemos encontrado armamento AK 47 en la zona donde ocurrieron los hechos, que tienen origen en una toma guerrillera de las Farc en el 2001 en el municipio de Villanueva, La Guajira, que al parecer estarían ahora en manos del Ejército de Liberación Nacional”.
Detalles del secuestro
De acuerdo con las investigaciones adelantadas por los organismos de seguridad, el secuestro de la avioneta con la millonaria valija destinada a las entidades bancarias de Aguachica, comenzó a fraguarse desde las primeras horas de la mañana del pasado miércoles. Hacia las 9:05 minutos de la mañana, la aeronave aterrizó en el aeropuerto de Aguachica, fue interceptada por cuatro hombres que provistos de fusiles y material explosivo, invadieron la pista. Cuando el piloto intentaba carretear la nave, obligaron a la tripulación a descender bajo amenazas de muerte, apuntándoles con las armas de largo alcance, los asaltantes se subieron y se registró un tiroteo con una patrulla de la Policía Nacional que se encontraba en la terminal aérea. En el intento de frustrar el ilícito, impactaron a la nave sin consecuencia alguna, por cuanto los asaltantes continuaron el vuelo sin ningún contratiempo.
La Fuerza Aérea Colombiana y la aviación del Ejército iniciaron las acciones de búsqueda y presión por el aire, lo que obligó a los delincuentes al aterrizaje forzoso en campo abierto y en un terreno no muy adecuado para ello.
Autoría del secuestro
Aunque los secuestradores se identificaron como integrantes de la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional, el comandante de la Policía Cesar, coronel, Mauricio Pedraza Rocha, descartó que el hecho haya sido perpetrado por ese grupo al margen de la ley. “No tenemos seguridad sobre quienes fueron los autores del hecho, estamos analizando algunas evidencias encontradas, pero una vez logramos establecer que el piloto era un extranjero, nos hace pensar que no se trata de ellos”, sostuvo el oficial.
“Desconocemos la identidad de las personas o del grupo que ejecutó este hecho, estamos desarrollando una operación en forma conjunta con las demás instituciones del Estado, con el fin de ubicar a los delincuentes que cometieron la acción. Al parecer, no portaban ningún tipo de distintivo de ninguna organización o grupo armado”, dijeron fuentes militares.
Los artefactos explosivos encontrados en los alrededores del aeropuerto, hasta ayer al medio día, aún no han sido detonadas de manera controlada por personal especializado antiexplosivos de la Policía Nacional, lo que obligó a las directivas de la aeronáutica civil a restringir las operaciones aéreas, al tiempo que una comisión de la misma entidad, se encuentra en el sitio donde aterrizó la avioneta, evaluando los daños que sufrió la nave, tras ser impactada y pegar con cables eléctricos y el aterrizaje forzoso.
Desde las primeras horas de la mañana de ayer jueves, había mucha expectativa en Valledupar con el traslado del piloto brasilero capturado en la operación militar en zona rural del municipio de Aguachica, sur del Cesar.
Por Abdel Martínez Pérez /EL PILÓN