Tomado de El Nuevo Herald
Bogotá- Mientras millones de colombianos se preparan para votar en una de las elecciones más reñidas en los últimos años en América Latina, el único pronóstico que comparten analistas y votantes es que una segunda vuelta será inevitable. Lo demás son rumores.
En las sedes de las campañas políticas alrededor del país, los seguidores del candidato oficialista Juan Manuel Santos y los de Antanas Mockus, del Partido Verde, hacían cálculos el viernes, más inspirados en el deseo que en las estadísticas, de estar aventajando al contrincante en 500,000 y hasta 800,000 votos.
De obtenerse una diferencia de ese margen, según los analistas, la ventaja le daría al candidato ganador una gran capacidad de negociación en los acuerdos con los partidos descabezados en la primera ronda y pondría al segundo en una posición muy incómoda.
“Si la distancia entre el candidato que quede primero y el segundo es muy grande, al perdedor le toca negociar hasta el alma’’, comentó a El Nuevo Herald el analista político Pedro Medellín.
Los acuerdos entre partidos incluyen de ordinario promesas de participación burocrática, nombramiento de ministros y embajadores y otras promesas de cogobierno.
Un empate técnico en las encuestas entre Santos, candidato del Partido de la U, y Mockus, saca de escena la posibilidad de que haya un ganador el domingo con un 50 por ciento del electorado más un voto, como lo exige la norma electoral.
Si se mantienen los promedios de los resultados de las encuestas de las últimas dos semanas, los candidatos punteros no recaudarían más del 40 por ciento de los votos.
Aunque el panorama del empate de los punteros no parece haber cambiado en los últimos días, no se puede decir lo mismo de los demás candidatos, según explicó a El Nuevo Herald el profesor de la facultad de Ciencias Políticas de la Universidad de los Andes, Miguel García. “No espero sorpresas en la cabeza [de las encuestas] sino en la cola, pero hablo solo por intuición’’, explicó García.
Agregó que Gustavo Petro, candidato de izquierda del Polo Democrático, podría desplazar del tercer lugar a Noemí Sanín, del Partido Conservador, a tiempo que Rafael Pardo, del Partido Liberal, y Germán Vargas Lleras, de Cambio Radical, registrarán un aumento en la votación con relación al porcentaje que les asignaron las encuestas.
Estos dividendos de última hora son en buena parte, según los analistas, producto de las intervenciones de los candidatos en una serie de debates en televisión, el último de los cuales dejó maltrecho a Santos y podría haber producido un cambio de lealtades de simpatizantes de Mockus.
Petro, Vargas y Pardo, quienes habían sido tímidos en sus ataques al candidato oficialista por temor a perder potenciales simpatizantes que veneran al presidente Alvaro Uribe, sacaron sus colmillos el jueves en la noche en el Gran Debate de RCN televisión, y acorralaron a Santos. Sanín también se unió al coro.
Mockus estuvo menos belicoso y algunos de sus planteamientos dejaron dudas a sus simpatizantes. Uno de ellos, que prefirió no ser identificado, comentó a El Nuevo Herald que la posición radical de Mockus contra el acuerdo humanitario que permite el intercambio de secuestrados por guerrilleros con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, lo decepcionó y ahora está pensando en darle su voto a Pardo.
Ante la inminencia de una segunda vuelta, las campañas ya están haciendo cuentas de posibles alianzas, y en ese juego los analistas coinciden en que los más deseados botines electorales de salvataje lo ostentan Pardo y Vargas Lleras.