Gracias a un convenio entre la Fundación Universitaria del Área Andina y la Universidad de Sao Paulo (Brasil), estuvo de visita en Valledupar el investigador Celso Eduardo Lins de Oliveira, profesor del grupo de investigación en Reciclaje y Eficiencia Energética de la Universidad de Sao Paulo, promoviendo tecnologías alternativas de producción energética.
En diálogo con EL PILÓN, el investigador señaló que en la mayoría de los países la riqueza proviene del campo, por ello hay actividades en este sector que permiten realizar un aprovechamiento energético de aquellos elementos que son consideradas como desechos, entre los que se destaca la grasa animal. Por eso expuso ante la academia que existen metodologías que permiten bajar costos, mejorar las condiciones ambientales y generar oportunidades laborales a nivel local.
Lins de Oliveira es experto en energía solar fotovoltaica, que funciona a través de paneles solares que transforman directamente la luminosidad del sol en electricidad.
“Esta es una fuente que se puede utilizar desde plantas grandes para generar miles de megavatios, hasta la placa simple china que sirve para cargar un celular. Entonces, tenemos un laboratorio que hace certificación de paneles y de los inversores para que la energía pueda ceder”, contó.
Para el investigador brasilero, lo primero que hay que entender en Colombia es que debe existir una legislación para que estas energías no se produzcan de cualquier manera.
“Hay que certificar los equipos para que éstos ofrezcan garantía a la gente, que tengan un estándar mínimo de calidad y luego entrenar a la gente para que pueda hacer instalaciones y gestión. Es un sistema que tarda su tiempo pero que se consolida a corto plazo porque la gente lo demanda. Colombia ha pasado por un periodo de sequía que ha derivado en problemas energéticos porque le falta diversidad a la matriz energética, entonces hay que agregar otras fuentes que nos defiendan de la falta de lluvias, es decir, trabajar con energía solar, eólica o la biomasa, que están disponibles por todo el país”, explicó.
Resaltó Lins de Oliveira que, aunque en Colombia hay mucho que hacer en cuanto a la generación de energías alternativas, se cuenta con muy buena voluntad e iniciativa de las universidades para trabajar en ello.
“Lo primero es tomar conciencia de que hay tecnologías que ahorran mucha energía, como las lámparas LED, hay hábitos simples como no encender o conectar los electrodomésticos si no se están usando. Lo segundo es que las iniciativas locales pueden encontrar una propiedad agrícola con acciones de muy bajo costo, como el aprovechamiento del compuesto orgánico para la producción de biogas, luego hacerlo de manera que cambie la vida de las personas”, relató.
Ya Brasil viene dando pasos en este sentido, pues tiene claro que para crecer un punto por 100 en su producto interno bruto (PIB), la producción energética debe crecer 1.2, por eso ya cuenta con una legislación respecto a este tipo de energías alternativas y avanza en la regulación de la misma.
Adaptando tecnologías es posible usar la biomasa como fuente de energía alternativa.
Por Jennifer Del Río Coronell
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