Los compromisos económicos, la iliquidez de su patrimonio y la falta de alimento para los pocos animales vacunos que poseía en su finca, porque el verano atropelló el pasto y el ganado solo comía hierva y palo seco, habría conllevado al pequeño ganadero a suicidarse, para ello ingirió el contenido de un frasco de insecticida.
Los efectos nocivos, mantuvieron durante varios días a Joaquín Guillermo Beltrán Orozco en estado de coma en una clínica de la ciudad, hasta en la mañana de ayer, que sus fuerzas no le dieron más y falleció.
Beltrán Orozco tenía 53 años, era propietario de un pequeño hato ganadero en la región de ‘La Boca del Tigre', ubicada a pocos kilómetros de Bosconia, Cesar. De acuerdo con los familiares de este hombre, en los últimos días, él andaba angustiado, fueron momentos difíciles debido a una depresión por la precaria situación económica que venía afrontando, fue así que se metió en una de las habitaciones de su vivienda y se tomó el veneno.
Una vez se bebió el insecticida, a Beltrán Orozco le afectaron unos dolores estomacales por lo que fue trasladado a urgencias del hospital San Juan Bosco del municipio de Bosconia, allí fue sometido a lavados gástricos, y ante la gravedad que su caso, fue remitido al hospital Rosario Pumarejo de López de Valledupar y luego a una de las clínicas de esta capital, en donde los médicos trataron de reanimarlo, pero el insecticida les ganó la batalla hasta llevarlo a la muerte, según indicó Marta Crespo Bolaño, su esposa, quien no salía de su asombro por la fatal decisión que tomó su esposo, tras señalar que él, comenzó a decaer desde hacía dos meses, esto debido a la asfixia económica, al no poder cumplir con los compromisos que había adquirido, como tampoco para sufragar los gastos de su familia.
Por Abdel Martínez Pérez