En el departamento del Cesar, al igual que en la mayor parte del territorio nacional, las armas traumáticas se convirtieron en un problema de seguridad por su fácil adquisición por parte de los delincuentes que las utilizan para robar y cometer otras acciones criminales. Por eso, el ministro de Defensa, Diego Molano Aponte, confirmó que firmaron el decreto que pondrá en control dichas armas.
Ahora, quienes las tengan o quieran usarlas deberán tramitar una autorización para su porte, tal como lo deben hacer los usuarios de las armas de fuego. No obstante, el trámite solo comenzará a regir una vez el presidente Iván Duque firme el documento.
En ese sentido, los habitantes que tengan en su poder un arma deberán entregarla a las Fuerzas Militares para la marcación, trámite de registro y permiso de tenencia.
“Se determina que quien tenga un arma traumática adquirida de manera legal, tendrá una transición (de 18 meses) para registrarla, lo mismo quienes la comercializan o que tienen actividades deportivas, recreativas o de protección”, explicó el ministro Molano Aponte.
De igual manera, según el decreto, la ciudadanía que las tenga también tendrá un periodo de seis meses para entregárselas al Departamento Control Comercio de Armas, municiones y explosivos del Comando General de las Fuerzas Militares.
Las armas traumáticas no están reguladas en el Decreto 2535 de 1993 debido a que no fueron incluidas como un arma de defensa personal, de uso civil o deportivo. Esto significa que, aunque las autoridades las encasillen como un armamento deportivo, oficialmente en dicha normatividad no encajan. El artículo 12 del Decreto 2535 determina que las armas deportivas son “las de fuego que cumplen con las especificaciones necesarias para practicar las modalidades de tiro aceptadas por la Federación Internacional de Tiro y las usuales para la práctica del deporte de la cacería”.
El único instrumento que la Fuerza Pública tenía medianamente para controlarlas es la Ley 1801 de 2016, conocida como el Código Nacional de Policía y Convivencia Ciudadana, mediante el cual se delimitó su porte en algunos escenarios de la vida social.
Por eso, por sus características similares a las de fuego son muy usadas por los delincuentes. Por ejemplo, el pasado fin de semana las autoridades en Valledupar incautaron cinco.
El pasado 16 de octubre también un ladrón fue golpeado por la comunidad tras dispararle a un ciudadano con un arma traumática en un robo en el barrio Las Flores de la capital del Cesar. El sujeto se movilizaba en una motocicleta y abordó a la víctima para despojarla de sus pertenencias, pero ante la resistencia, procedió a dispararle en el cuello.
El afectado tuvo que ser llevado a un centro asistencial, mientras que el delincuente intentó sin éxito darse a la huida, cayendo en manos de la comunidad enardecida.
Este panorama se repite en otras partes del país. “Después del vandalismo y los bloqueos como en las calles y en nuestras ciudades aparecieron las armas traumáticas, armas iguales a las armas de fuego que empezaron a ser modificadas y utilizadas para cometer crímenes, para cometer robos y para atentar contra la integridad de la Fuerza Pública y otros ciudadanos porque eran modificadas”, puntualizó Molano.