El subteniente de la policía Omar Cristóbal Archila Briceño, natural de San Diego, perdió la vida este martes en un atentado a bala ocurrido en la zona conocida como ‘La Ermita’, ubicada en Norte de Santander.
En ese sitio, según las autoridades, este se encontraba realizando controles de seguridad junto con su compañero Arbey Alfonso Rativa cuando ambos fueron atacados y quedaron sin vida en el acto.
“Los uniformados se encontraban en un patrullaje entre la vía que conduce de Ocaña al municipio de Abrego donde fueron emboscados y asesinados. En este momento estamos realizando las investigaciones en unión con las Fuerzas Militares para dar con los responsables de estos dos asesinatos, la Policía se solidariza con la familia, con estos héroes que perdieron la vida en cumplimiento de su deber”, dijo el coronel Fabián Ospina Gutiérrez, comandante de la Policía Norte de Santander.
En esta zona del país delinque el Ejército de Liberación Nacional, Eln, por lo que las autoridades no descartan que estos tengan responsabilidad en el ataque criminal.
SU FAMILIA
Omar Cristóbal Archila, de 35 años, viajaba constantemente a Valledupar para visitar a sus padres, quienes residen en el barrio Santa Rita.
Nelly Briceño de Archila, madre del afectado, comunicó que precisamente la última vez que vio a su hijo fue hace ocho días.
“Pasó muy contento mi hijo tomaba, bailaba y parrandeaba y me decía: mamita yo huelo a formol, porque donde estoy laborando hay mucha guerrilla y nosotros tenemos la muerte detrás de la oreja. Yo sé que en cualquier momento me van a matar”, manifestó.
El cesarense llevaba 17 años y tres meses en la Policía Nacional y actualmente hacía parte de seccional de tránsito y transporte; mientras que su compañero Alfonso Rativa era oriundo de Bogotá y había ingresado a la institución hacía 10 años y dos meses.
“Me dijo que iba a estar pendiente de mí y me iba ayudar porque mi esposo es un señor de edad, tiene 75 años, y yo soy la que trabajo”, puntualizó la madre del uniformado.
El fallecido no era el único de la familia que estaba en las filas de la institución, pues sus otros dos hermanos también son policías en otras zonas del territorio nacional: uno es sargento y el otro patrullero.
La progenitora informó que sus demás hijos estaban esperando el cuerpo, pero que aún no sabía dónde lo van a sepultar.
Por Marllelys Salinas M. / EL PILÓN
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