Los familiares de Fray David López Flórez, quien murió en una prisión en La Dorada, Caldas, exigen una prueba de ADN para confirmar legalmente que el cadáver enviado por el Inpec no corresponde al de su ser querido.
Los López Flórez denunciaron que el cuerpo que les enviaron la madrugada del martes al corregimiento de Antequera, jurisdicción del municipio de Tamalameque, Cesar, no es el de Fray David.
“No sabemos si fue el Inpec o la funeraria, no sabemos nada todavía. Nosotros nos comunicamos con la cárcel y nos dicen que ese es mi hermano, pero nosotros lo vimos y ese no es él”, manifestó Marlen López, hermana de la víctima.
“Ellos según dicen que es por un tatuaje que tiene en la pierna, pero ese no es mi hermano, porque no se parece nada a él, el cadáver que nos enviaron es de un señor que aparenta unos 50 o 60 años, y mi hermano solo tenía 26 años”, explicó Marlen, quien junto a sus otros familiares esta angustiada por conocer que fue lo que sucedió.
Fray David López estaba preso en la Cárcel Doña Juana, en La Dorada, pero en un mes recobraría la libertad por cumplir una pena de 12 años.
Según las autoridades, Fray López se suicidó la noche del 27 de agosto en una de las celdas de sanidad de la prisión y la familia de la víctima se enteró de lo sucedido el pasado 29 agosto, cuando el Inpec se comunicó con una tía en Valledupar.
“Él estaba preso por defensa propia, ya iba a salir cuando nos llamaron del Inpec y nos dijeron que él estaba muerto, se había ahorcado. Hay varias versiones que nos dicen allá, primero que se ahorcó, después que él mismo se asfixió con una sábana, igual no sabemos qué fue lo que en realidad pasó”, indicó Marlen López.
Minutos antes de ser sepultado, los parientes de Fray López, quisieron verlo por última vez y fue allí donde se percataron de que supuestamente no era él.
“Cuando la funeraria nos lo trajo el martes a las dos de la madrugada, empacado en un poco de bolsas, nos dijeron que no podíamos destapar ese cadáver, porque de lo contrario explotaría, que si lo destapábamos se lo llevaban y lo sepultarían en Pailitas. Nosotros el día que lo íbamos enterrar, abrimos el cajón para verle la cara por última vez y no era mi hermano. Con la funeraria también hablamos y nos dicen que es mi hermano, pero ese no es él”, contó Marlen.
“El cadáver lo sepultamos aquí en el corregimiento de Antequera, esperando a que nos resuelvan algo, ellos (Inpec) dicen que es él, nosotros queremos una prueba de ADN, que nos comprueben que si es mi hermano. Dicen que ese es mi hermano, pero nosotros decimos que no es él, estamos exigiendo que le hagan una prueba de ADN que compruebe que es mi hermano”, agregó la denunciante.
Redacción Judicial / EL PILÓN