‘Llegó al final de su vida innovando’
Cuando apenas despuntaban las primeras luces del día y en Colombia comenzarían las celebraciones del día nacional del periodista, el escritor, periodista y ex diplomático David Sánchez Juliao, se despedía de la vida en la clínica Shaio de Bogotá, luego de sufrir una afección cardiaca.
Su fallecimiento sorprendió a los amantes de la literatura, que destacaron su brillante pluma, su jocosidad y su ‘mamadera de gallo’, que lo convirtieron en un escritor auténtico, original e irreverente. Sus familiares y amigos recordaron, entre lágrimas y risas, sus cuentos, sus historias y su singular manera de ver la vida.
David Sánchez Juliao había nacido en Lorica (Córdoba) un 24 de Noviembre de 1945. Fue escritor, periodista, cuentista y diplomático. Embajador de Colombia en la India durante el gobierno de César Gaviria y en Egipto, durante el gobierno de Ernesto Samper.
Escritor prolífico, produjo cuentos, novelas, fábulas, ensayos. Varias de sus obras fueron traducidas a varios idiomas y ganadoras de varios premios literarios. Las obras de Sánchez Juliao son un esbozo de la cultura popular de la costa norte colombiana con un enfoque particular en la región cordobesa.
David Sánchez Juliao fue el primer escritor en Colombia, en grabar un audiolibro en un casette en el cual grabó por un lado ¿‘Porqué me llevas al hospital en canoa, papá?’ y por el otro ‘El Flecha’, ganandor de varios premios tales como disco de oro y el disco de platino.
Fue el autor de la novela ‘Pero sigo siendo el rey’, de la cual se hizo una versión para televisión, dirigida por Julio Cesar Luna. Esta obra abrió la trilogía de novelas musicales de Sánchez Juliao; le siguieron ‘Mi sangre aunque plebeya’, sobre la llamada música vieja de los Andes; y ‘Danza de redención”, sobre la música tropical colombiana. Las adaptaciones de sus historias para cine y televisión han merecido 17 premios India Catalina en el Festival de Cine de Cartagena.
En la actualidad, Sánchez Juliao estaba preparando lo que sería su último libro “De viaje por el mundo con David Sánchez Juliao”, que consta de cincuenta relatos sobre lo que fue su vida en varios ciudades como El Cairo, Katmandú, Ámsterdam, Nueva Delhi, Sevilla, París, Singapur, San Salvador, Tebas, La Mancha, Suez, Barranquilla y Sincelejo, entre otras.
Igualmente había emprendido el proyecto ‘heráldicas”, una nueva e innovadora manera de relatar historias, que escribiría en el diario El Heraldo.
Personalidades de la vida pública y amantes de la literatura se acercaron a la funeraria La Candelaria Chicó, en Bogotá, para acompañar a la esposa de Sánchez Juliao, Katherine Garzón, a su hija Paloma y darle el último adiós al inolvidable amigo, que se fue sin tenerle miedo a la muerte y con un gran sentido de placer.
Así lo recuerdan sus amigos
El periodista Juan Gossaín fue uno de los grandes amigos de Sánchez Juliao, asegura que su carrera periodística y su obra literaria están profundamente influenciadas por la relación con el escritor cordobés. Gossain fue testigo y cómplice de muchos de los personajes popularizados por David Sánchez Juliao. En interminables charlas conoció a cada uno de esos seres que llenaron de inolvidables historias sus textos y audiolibros. Como buenos contertulios tuvieron diferencias, pero nunca sobre la riqueza de la cultura Caribe, una de sus mayores discusiones estuvo relacionada con el vallenato.
“David era una caja de música. Fuera en una reunión o hablando por teléfono se robaba el show”, recuerda su amigo, el periodista Óscar Alarcón, autor de los ‘Microlingotes’ de El Espectador, mientras relee el último e-mail que el ‘Viejo Déivi’ le envió el martes pasado en la mañana. Fue, quizás, uno de sus últimos.
“Cuando alguien se muere tres días después de haber alternado con uno, lo primero que hacemos es escudriñar entre las conversaciones, a fin de determinar si hubo en sus palabras algún indicio, algún presagio, alguna despedida en clave. Por más que he revisado la memoria, nada encuentro”.
A diferencia del Alejo Durán que él fotografió en 1989 unos días antes de su muerte, y que aparecías en una tarima de carnaval con la muerte atrás, no hubo premonición alguna en la de David. Lo cual me lleva a una conclusión: para un hombre con tanta vida, materializada en proyectos, la única posibilidad era y es la eternidad”, dijo su gran amigo, el periodista y director de EL HERALDO, Ernesto Mc Causland.
Obras publicadas
. ¿Por qué me llevas al hospital en canoa, papá? (1973)
* Historias de Racamandaca (1974)
* El arca de Noé (1976)
* Cachaco, palomo y gato (1977)
* El Flecha
* Pero sigo siendo el rey (1983)
* Mi sangre aunque plebeya (1986)
* Buenos días, América (1988)
* El país más hermoso del mundo
* Dulce Veneno Moreno
* Fosforito
* La cucarachita Martínez
* El Flecha II
* En Chimá nace un Santo