La oposición nicaragüense convoca a paro nacional por 24 horas ,con el fin de presionar al presidente Daniel Ortega a frenar la represión y terminar con los violentos enfrentamientos que dejaron 148 muertos en casi 2 meses y más de 1.000 heridos, según el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh).
Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia señaló, “Este es un paro cívico y pacífico que abarca a todo el país y a todas las actividades económicas”.
El cardenal Leopoldo Brenes y el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio Báez, se solidarizaron con esa acción y llamaron a sacerdotes, religiosos y laicos de la arquidiócesis a que actúen como cristianos, ciudadanos y con espíritu de solidaridad la protesta pacífica ante la crisis política que atraviesa el país.
Néstor Avendaño, economista, recordó que la última vez que hubo un cese nacional de actividades fue en 1979 contra la dictadura de Anastasio Somoza, el cual trajo consecuencias impredecibles. Esta vez, según medios los medios televisivos, las calles amanecieron desiertas, el comercio y los bancos cerrados, sin transporte y las casas con sus puertas cerradas.
La convocatoria a paro, que regiría a partir de la medianoche, se realizó horas después de que la Conferencia Episcopal de Nicaragua informara que mañana se reanudará el diálogo nacional, suspendido el 23 de mayo por falta de consenso.
Por su parte, la embajada de Estados Unidos reveló en un comunicado que Ortega mantuvo un encuentro con Caleb McCarry, representante del senador republicano Bob Corker, enviado a Managua el sábado pasado para “abordar la severa crisis democrática” en este país.
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