Desde muy niña, a la deportista venezolana Urimar Narváez le tocó batallar con los cánones que hay en la disciplina de voleibol playa.
Su complexión física, que se aleja del estándar impuesto en este deporte, le ha valido constantes señalamientos, y hasta comentarios despectivos, desde la tribuna.
Sin embargo, es tal su talento a la hora de saltar a la arena que, como ella misma lo dice, lo que le falta en físico, lo recompensa con lo técnico.
En los Juegos Bolivarianos de Valledupar, la voleibolista de 21 años hace dupla con Juliennis Regalado Bravo, en representación de Venezuela, con quien buscará meterse al podio.
“Toda mi vida, desde muy chama, el prototipo nunca lo he tenido pero, sin embargo, los resultados me han llevado a mantenerme, trabajando cada día para mejorar y poder tener buen estado físico y técnico en la cancha”, señala la jugadora.
Con sus 84 kilos de talento, muy por encima de lo que usualmente se observa en las canchas de arena, Urimar ha conquistado logros como campeonatos sudamericanos y en el cual se destaca uno en especial: la clasificación a los Olímpicos de la Juventud. “Ha sido uno de mis mejores triunfos“, recuerda.
La medalla de oro será un reto duro teniendo en cuenta rivales como la dupla colombiana, que tiene experiencia en mundiales de este deporte, aún así, “con fe y esperanza”, quiere regalarle el título a su país.
“Con fe y esperanza, hemos trabajado poco pero con las experiencias anteriores sabemos que podemos hacer buenos partidos. Hay un buen nivel y vamos con fuerza a cad partido“, advierte.
En el primer encuentro desarrollado en la cancha número 1 del Parque de la Leyenda, la dupla Regalado/Narváez cayó ante las locales. Aún así, Urimar insiste en tener muchas razones de ‘peso’ para soñar con el podio. Como su talento y garra, por ejemplo.
POR: JOSÉ ALEJANDRO MARTÍNEZ VEGA./EL PILÓN