Servirle a la gente es el propósito que persigue Juan David Quintero Rubio, un estudiante de derecho de la Universidad de Los Andes, que pretende ser edil en la localidad de Usaquén en la capital del país, para lo cual creó un grupo de defensa de la comunidad.
Pese a su corta edad, entiende y le gusta la política, pero la de servicio que busca el beneficio común. Es hijo del empresario Juan Carlos Quintero Castro y la abogada y presidenta de la Fundación Carboandes, Esmeralda Rubio de Quintero. EL PILÓN habló con él sobre su aspiración y el papel de los jóvenes en la política.
EL PILÓN: ¿Juan David por qué un joven como usted se inclina por la política?
J.D.Q: Nosotros los jóvenes tenemos que tomar una decisión, o nos quedamos siendo sujetos pasivos que vemos cómo pasan las cosas y nos limitamos a criticar por redes sociales; o jugamos un papel activo en la conducción de nuestro país desde las diferentes instituciones a las que tengamos acceso.
Es cierto que desde el sector privado se puede construir país, por ejemplo a través de la generación de empleo. Sin embargo, lo que un empresario construye en veinte años un político lo puede construir o destruir en menos de dos. Lastimosamente creo que a consecuencia de las personas que están llegando a los cargos políticos lo segundo está ocurriendo.
De manera que yo decidí encabezar un equipo de jóvenes llamado ‘Juntos Por Usaquén’ donde nuestra bandera es la política al servicio de la gente.
E.P: ¿Qué es eso de la política al servicio de la gente?
J.D.Q: Aristóteles decía que la política es la más noble de las profesiones, pues solo aquellos que estuvieran dispuestos a únicamente servir a los demás podían dedicarse a ella. En otras palabras, si lo que una persona busca es llenarse los bolsillos de dinero o salir en portadas de revista no puede hacer política.
De manera que la política al servicio de la gente no es otra cosa que volver a su esencia, servir a los demás dejando de lado el enriquecimiento personal o los egos particulares.
E.P: Suena muy romántico, incluso ingenuo.
J.D.Q: Puede sonar así, pero nosotros en ‘Juntos Por Usaquén’ demostramos que con voluntad política y creatividad se pueden hacer las cosas. En Bogotá desde hace 15 años existe una modalidad de educación pública llamada “Colegios en Concesión”. Estos consisten en aprovechar la experiencia de las mejores instituciones educativas de la ciudad, por ejemplo el Gimnasio Moderno o la Universidad de los Andes, para que eduquen a los niños más pobres de la ciudad.
No obstante, quince años después de haberse implementado el modelo y habiendo quedado probada su alta calidad, la alcaldía de Gustavo Petro se empeñó en acabarlo. Fue así que junto a las asociaciones de padres de familia de los 25 colegios nos manifestamos en plaza pública y salvamos la educación de calidad de más de 30 mil estudiantes. Lo hicimos un equipo de jóvenes voluntarios convencidos en hacer las cosas.
E.P: ¿Para qué quiere ser edil de una localidad como Usaquén en Bogotá?
J.D.Q: El edil es una figura mal entendida. Usted en una ciudad de más de siete millones de habitantes como es Bogotá, nunca va a poder hablar con el alcalde mayor, será muy difícil que lo haga con el concejal, pero el edil es la persona con la que el ciudadano debe tener línea directa. Un ciudadano debe poder comunicarse con su edil para manifestarle que la vía de la cuadra está en muy mal estado, para reclamar por la seguridad de los parques que se han convertido en ollas de microtráfico, hasta para alertar sobre la construcción descontrolada de edificios que ponen en peligro la movilidad y las redes de servicios públicos.
Aprovecho para decirles que me sorprende que este último fenómeno ocurre en Valledupar y hasta ahora desconozco que algún candidato a la Alcaldía o al Concejo que se refiera a este tema.
E.P: ¿A qué se refiere con la construcción de edificios descontrolados en Valledupar?
J.D.Q: Desde un punto de vista de modelo urbano, todas las ciudades del mundo buscar ser más densas, es decir que por metro cuadrado vivan la mayor cantidad de personas posibles, por esta razón los edificios son cada vez más altos. Ahora, esto no tiene sentido si paralelamente no se construyen redes de servicios públicos y vías que soporten el aumento de población, por ejemplo, el barrio Novalito aquí en Valledupar ha sido históricamente un barrio de casas, de manera que las redes de alcantarillado y las vías fueron construidas para una población de casas. Hoy cada vez más se ven casas demolidas remplazadas por edificios altísimos, pero las vías y las redes son las mismas. Si esto continúa, en un mediano plazo Valledupar va a tener los mismos problemas de movilidad que hoy aquejan a Bogotá y se verán tubos rotos frecuentemente. Lo que llama la atención es que los políticos vallenatos deberían estar llamando la atención para enfrentar esto, pues si no lo hacen ya será demasiado tarde. Ahora bien, nadie dice nada.
E.P: Su padre es de origen vallenato ¿Es difícil para un costeño llegar a un cargo como ese, teniendo en cuenta la discriminación constante de los capitalinos para la gente de las regiones?
J.D.Q: Yo creo que hay que reconocer que existe una discriminación no solo a los costeños sino para todos los foráneos de la capital, pero hay que advertir que ésta es cada vez más marginal. Bogotá no es una ciudad de cachacos o costeños, es una ciudad de colombianos y por eso debemos superar esos prejuicios ridículos.
Por ejemplo, voy a trabajar para superar esa presunción de “mal vecinos” que tienen los costeños. Hoy la gente busca evitar arrendar o comprar apartamentos con vecinos costeños, es común la frase: -por costeño no le arriendo-.
E.P: ¿Cuáles son los mayores problemas que tiene esa localidad?
J.D.Q: Bogotá y Usaquén llevan 12 años de oscuridad. Ha sido una noche oscura donde la corrupción y la improvisación han llevado a la ciudad a una crisis sin antecedentes. Los problemas principales podrían agruparse en seguridad, movilidad y recuperación de parques. Con buena gerencia y un efectivo control político podemos ver el amanecer en la ciudad y superar estos problemas.
E.P: ¿Cuál es su propuesta para lograr el triunfo?
J.D.Q: Creamos ‘Juntos Por Usaquén’ para derrotar las formas tradicionales de hacer política. Hablando con los ciudadanos y convenciendo uno a uno a los ciudadanos de nuestra propuesta. Además, aún sin ser edil estamos ayudando a los ciudadanos; por ejemplo salvamos los colegios en concesión, aprovechamos a nuestros voluntarios estudiantes de derecho para defender a los ciudadanos más vulnerables que están siendo engañados vendiéndoles predios sin escrituras entre otras cosas, cualquiera puede ver en redes sociales o en nuestra página web todo lo que hemos hecho.
E.P: ¿Cómo siente su campaña, cree que los vientos soplan a su favor y logre el triunfo, o por el contrario, debe esforzarse más para llegar?
J.D.Q: Confiarse es lo peor que se puede hacer antes de una elección. Ésta es una campaña difícil, Usaquén es más grande que Valledupar y para ser Edil se necesitan más votos que el concejal más votado de esta ciudad. Así que estamos trabajando sin descanso para cosechar el buen trabajo que ha hecho el equipo.
E.P: ¿Qué mensaje le envía a los jóvenes vallenatos y cesarenses?
J.D.Q: Somos una generación que no puede darse el lujo de quedarse quieto quejándose de los problemas, debemos ser parte de la solución. Si nosotros los jóvenes no jugamos un papel activo en la construcción del Estado hacia una nueva Colombia, la política al servicio de la gente solo será un sueño.
“Creamos ‘Juntos Por Usaquén’ para derrotar las formas tradicionales de hacer política”: Juan David Quintero.
Redacción Política