“Estamos en cero, porque no sabemos nada de lo ocurrido, ni en qué circunstancias, ni quién y porqué la mató de esa manera; ella no merecía una muerte así tan vil y atroz, quienes le quitaron la vida, no tienen perdón de Dios, lo único que le pido a las autoridades en especial a quienes les toque investigar este caso es que por favor hagan justicia, que haya celeridad en la investigación, para que la muerte de mi sobrina no sea otro que quede en la impunidad”. Este es el clamor de Ana Sánchez, tía de Liliana García Sánchez, la mujer que la madrugada del pasado viernes murió en una clínica de Valledupar luego de haber sido atacada a cuchillo en el municipio de San Alberto, sur del Cesar.
El brutal ataque a la mujer ocurrió el pasado 20 de noviembre, tras haber salido del trabajo con unas amigas y horas después la encontraron unos campesinos en estado de inconsciencia en un potrero de la zona rural de esa población.
“Ella era una mujer trabajadora, jovial, extrovertida, no le gustaba el problema, encantadora, llena de vida, con mucha proyección de superación personal, había nacido en San Alberto, vivió casi toda su vida en Codazzi, le salió una oportunidad de trabajo en la localidad donde nació y no lo dudó en aceptarlo, porque el trabajo colmaba sus expectativas, infortunadamente en su visión de progreso encontró la muerte”, aseguró su familiar.
El cadáver fue entregado a la familia ayer en la morgue de Medicina Legal y lo trasladaron al municipio de Codazzi para ser velado en la casa de sus padres Ciro Alfonso García y Rosalía Sánchez, ubicada en el barrio Primero de Mayo y el sepelio está previsto para hoy.
Por Abdel Martínez Pérez