Inconsolables, así se encuentran los familiares de un niño de dos años que murió electrocutado ayer en una residencia ubicada en la manzana 6 del barrio Casimiro Maestre, en el suroccidente de Valledupar.
El trágico hecho ocurrió a las 10:30 de la mañana, cuando el abuelo del menor de edad realizaba trabajos de soldadura en la vivienda.
“Yo iba a soldar, ya tenía el equipo prendido y todo cuando yo siento que cogió un tubo y lo botó al piso a él; yo lo alcé, le dimos agua bendita y me lo lleve para el CDV de urgencias en un taxi, pero el médico me dijo que no tenía signos vitales”, narró Isaías Rodríguez, el abuelo que minutos antes le había preparado un tetero.
“Se tomó su tetero y salió, pero yo no doy me cuenta a qué horas cogió para el patio”, agregó.
El Cuerpo Técnico de Investigación de la Fiscalía se encargó de hacer la inspección técnica al cadáver en la sede del Hospital Eduardo Arredondo Daza y lo trasladó a las instalaciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses.
“Esto para mí ha sido un golpe muy duro, era nuestro único hijo y todos en casa veían y tenían que ver con él, era un niño muy inteligente e inquieto como todo niño”, manifestó José Navarro en las afueras de la morgue.
Aunque no atendieron el caso, los bomberos de Valledupar hacen recomendaciones para que hechos como este no se repitan.
“En el caso de los niños no hay que dejarlos solos, hay que estar pendiente de ellos, ya que a ellos les causan curiosidad los toma corrientes y tienden siempre a meterle los deditos, a los enchufes y una descarga les puede causar la muerte”, explicó el voluntario, Ray Restrepo.
Por último recordó que hay que tomar todas las medidas de seguridad necesarias con los niños para no vivir los difíciles momentos que padece hoy una familia en Valledupar.
Por Abdel Martínez Pérez