En registros de control militar realizados entre los municipios de González, Cesar y Ocaña, Norte de Santander, personal de la Segunda División del Ejército ubicó tres cocinas rústicas para el procesamiento de pasta base de coca.
En las construcciones clandestinas fabricadas en madera, se hallaron mediante patrullajes de soldados del Batallón de Infantería número 14 ‘Capitán Antonio Ricaurte’ un complejo cocalero en la vereda Miraflores, donde se procesaba abundante cocaína mensualmente.
En las estructuras, los militares encontraron 3.125 kilos de hoja de coca picada, 175 kilos de cloruro de amonio, 50 kilos de cemento gris, 37 kilos de úrea, tres kilos de cal, tres kilos de veneno, dos kilos de soda cáustica, 200 galones de gasolina preparada, seis galones de veneno, una gramera, tres guadañadoras, siete bombas de fumigación de 20 litros cada una, dos motobombas, un colador, dos pesas, un tanque de almacenamiento de 120 litros, nueve canecas plásticas, 100 metros de manguera y diez metros de plástico.
Los elementos decomisados, fueron destruidos controladamente en el mismo lugar mediante el apoyo de la Policía Judicial, al tiempo que se inspeccionó el área por donde se presume huyeron los encargados del laboratorio desmantelado.