Es vallenato, pero su mezcla raizal es particular; abuelos del Quindío, abuela indígena y abuelo del medio oriente y esa mezcla se nota en su música.
Óscar Cortés empezó a escuchar otras cosas y desde siempre aprendió a tocar instrumentos de forma autodidacta. Nunca se formó hasta que a los 22 años se ganó una beca para estudiar en la escuela Fernando Sor en Bogotá con los profesores de Berklee College Music, y durante un año se preparó y grabó con Héctor Buitrago de Aterciopelados, participando con su guitarra en dos temas.
Regresó a Valledupar y empezó una conexión espiritual con el río de Guatapurí, que no le permitió volver a la capital. No se identificaba con el vallenato como música, aunque se identificaba con los valores inculcados por lo juglares, en los que rescataba el respeto a la naturaleza y a la vida.
Empezó a tener una expectativa política y cultural de la situación del río diferente y se fue a la Sierra para manifestarle su preocupación a los indígenas. No tenía plata pero tenía música y sabía que a través de ella podía visibilizar la situación del río. Duró viviendo intermitentemente durante cuatro años en San José y Maruámake, sitios de mando espiritual donde se toman las decisiones y se hacen los principales trabajos de reparación a la cuenca del río.
Su relación con los elementos de la naturaleza, le permitieron acercarse a entidades que conjuntamente con las comunidades indígenas, realizaron actividades para visibilizar mejor la problemática como fueron: Festival de fotografía y campaña ‘Juntos en el río’. Gracias a esa unión se grabó una canción donde canta Andrea Echeverri y Adrián Villamizar, que lidera el reconocimiento al canto vallenato como patrimonio oral ante la Unesco, canta Jesús Hidalgo, Claudia Gómez, Luz Marina Posada.
Su perseverancia, pero sobretodo su amor por la música, por el río y en general por la naturaleza, lograron hacer realidad el proyecto musical Guatapurí, Naturaleza Acústica. Sin embargo, sus intereses personales lo llevaron a hacer música de sanación. Realizó estudios de sanación por arquetipos, en técnica de sanación de sonido y tacto, y hace poco terminó de estudiar sobre sanación con signos asturianos.
Su primera producción musical tendrá siete canciones instrumentales que hacen parte de los sitios sagrados en donde estuvo, y el resto, composiciones referentes a la naturaleza, principalmente el río Guatapurí. Por ahora le abrirá el concierto a Jesús Hidalgo en Colombia, nominado a Mejor Artista Nuevo en los Grammy Latino, en el mes de abril.
Por: Antonio Peralta Nieto