Tanto hombres como mujeres, salvo casos muy puntuales, llegan a alcanzar el orgasmo durante el sexo, sin embargo, para ellas puede ser un poco más complejo, ya que en el caso de las mujeres el orgasmo es clitoridiano, por lo tanto, la estimulación del clítoris es primordial para llegar a él.
Cabe mencionar que el orgasmo es una respuesta neurofisiológica involuntaria de intenso placer que se puede experimentar a través de la estimulación física y/o mental durante la actividad sexual.
En una nota publicada por El Tiempo en la sección ‘Sexo’ de la periodista Esther Balac compartieron varias recomendaciones que podrían facilitarle llegar a un máximo de placer, sea o no usted una de las mujeres que se les dificulta llegar al orgasmo.
Para Fernando Rosero Mera, médico de la Universidad de La Sabana y sexólogo clínico de la Universidad de Barcelona, no está bien decir que algunas posiciones son más favorables que otras, porque para él “no hay ningún estudio serio que valide que hay posiciones que, en general, faciliten la llegada al orgasmo”.
Sin embargo, eso va más en lo que cada quien encuentra placentero, lo que le gusta, lo que no le gusta y sus condiciones más óptimas y adecuadas para poder tener esa respuesta orgásmica. Para el sexólogo, “la posición ideal es esa con la que la mujer o el hombre se sientan a gusto y sientan su máximo punto de placer”.
Ahora, si bien es cierto que no existe la “pose mágica” para que las mujeres lleguen al orgasmo, Rosero concluyó que “posturas como ‘el perrito’ (el hombre detrás), ‘la cucharita’ (ambos mirando hacia el mismo lado) o ‘la amazona’ (la mujer situada encima, mirando hacia delante o hacia atrás) permiten que la mujer misma se toque el clítoris o se lo toque su pareja”.
En conclusión, todas aquellas posturas que permitan tener el control de la penetración y hacer que la otra persona se pueda estimular o ser estimulado, fomentan el orgasmo de ambos. Además, sí existen posiciones que facilitan el orgasmo, pero no son las mismas para todas las mujeres. Por ello, los expertos recomiendan la exploración del cuerpo propio y el de la pareja.