EL CAIRO (AP) —
Aunque sin renunciar y negándose a abandonar el país, el presidente egipcio Hosni Mubarak anunció que entregará el poder al vicepresidente Omar Suleiman y ordenó algunas enmiendas constitucionales.
La medida significa que mantendrá su título de Presidente y le asegura al régimen el control sobre el proceso de la reforma, lo que incumple las demandas de los manifestantes.
Los opositores al gobierno reunidos en la Plaza Tahrir, quienes esperaban que Mubarak anunciara su renuncia inmediata, observaron perplejos y en silencio el discurso. Cuando el Presidente terminó sus palabras, algunos manifestantes estallaron en ira, otros lloraron y unos más agitaron en alto sus zapatos, gritando: “¡Márchate, márchate!”. Y el premio Nobel de la paz y principal activista prodemocrático en el país, Mohamed ElBaradei, pronosticó que “Egipto estallará”, a raíz de la decisión ambigua de Mubarak.
ElBaradei exhortó incluso a los militares a intervenir.
“El Ejército debe salvar ahora al país”, dijo ElBaradei en su cuenta de Twitter. “Convoco al Ejército egipcio a intervenir de inmediato para rescatar a Egipto. La credibilidad del Ejército está en juego”.
La multitud en la Plaza Tahrir había aumentado a varios cientos de miles en espera de que Mubarak anunciara su renuncia.
Inmediatamente después del discurso de Mubarak, Suleiman pidió a los manifestantes “regresar a casa” y a todos los egipcios que se unieran y miraran “hacia el futuro”.
Mubarak se presentó al aire varias horas después en su discurso, de 15 minutos de duración, tras el cual dio la impresión de que poco había cambiado. Suleiman ya estaba a cargo de los esfuerzos para lidiar con la crisis, pero el anuncio le da la autoridad de manera formal.
“Me parece adecuado delegar los poderes y autoridad del presidente al vicepresidente como lo dicta la Constitución”, dijo Mubarak casi al final de su mensaje. La Constitución permite al presidente transferir temporalmente los poderes si no puede realizar sus deberes, pero no implica su renuncia.
Mubarak dijo también que permanecerá en el país y que se mantiene firme en la intención de “cargar mi responsabilidad para proteger la Constitución y salvaguardar los intereses de la población (…) hasta que el poder sea entregado a aquellos electos en septiembre por la población en elecciones libres y justas en las que todas las garantías de transparencia sean aseguradas”.