Eran las cinco de la mañana del 20 de octubre del año 2012 cuando el joven Marlon Enrique Ceballos Gonzáles salió como de costumbre a trabajar como mototaxista para nunca más regresar a su casa, ubicada en el municipio de San Diego, Cesar.
Sin premeditarlo, el rumbo escogido por Ceballos hacia la vecina localidad de Codazzi se convirtió apenas en el inicio de una tragedia familiar que culminó ayer en los estrados judiciales de Valledupar.
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Familiares y amigos durante casi un año estuvieron buscando los rastros del muchacho de 30 años de edad, al que por última vez escucharon su voz en la fecha mencionada a las 9:30 de la mañana, por una llamada telefónica que le realizó su compañera sentimental.
Según la investigación, la mujer lo contactó y aunque sintió su comportamiento extraño colgó con la única información de que estaba prestando su servicio de transporte informal.
El pasajero, al parecer, era el hombre de contextura delgada con tés morena que aprovechándose de su confianza había contratado su servicio para llevarlo por un camino que sería desconocido para Ceballos.
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Aunque después de la extraña desaparición los familiares abordaron a quien sería el usuario, Luis Gregorio Ramírez Maestre, este pese a tener conocimiento de que las autoridades lo estaban buscando no aportó información que diera pistas de su ubicación, según dijeron los investigadores judiciales.
Fue entonces el 13 de marzo del año 2013 que unos campesinos que se movilizaban por la finca conocida como ‘Los José’ o ‘Los Barrancones’, ubicada en zona rural de San Diego, dieron con el paradero de Marlon Ceballos. Sin embargo, esta vez convertido en una osamenta que al momento presentaba signos de haber sido amarrado de pies y manos con lasos, lo que le produjo la muerte mediante asfixia mecánica. Por tal razón, solamente una prueba de ADN permitió reconocer que el joven era quien la familia Ceballos Gonzáles estaba buscando.
Este es uno de los casos, por el que Luis Gregorio Ramírez Maestre, más reconocido como ‘El Monstruo de la Soga’ o el ‘Monstruo de Tenerife’ fue condenado ayer a 18 años de prisión por el Juzgado Tercero Penal del Circuito con funciones de Conocimiento de esta ciudad, por el delito de homicidio agravado.
El confeso psicópata asesino serial, recluido desde hace años en la Penitenciaria de Mediana y Máxima Seguridad de Valledupar, conocida como ‘La Tramacúa’, recibió ayer sentencia anticipada en el Palacio de Justicia tras celebrar con la Fiscalía Primera adscrita a la Estructura de Apoyo, EDA, de Barrancabermeja, un preacuerdo, que le otorgó el único beneficio de degradarle el delito de autor a calidad de cómplice.
“La pena por el homicidio que se impondrá en este caso no es otra que la pena convenida por las partes que se ha dicho es de 18 años de prisión (…), como no se cumple los presupuestos objetivos de los artículos 38,(…) por la gravedad de la conducta de los hechos de sangre, esta agencia judicial no concederá ni la suspensión provisional de la ejecución de la pena ni la prisión domiciliara al ciudadano Luis Ramírez, por ello se ordenará que esté en encarcelamiento. Por lo anterior se resuelve condenar a Luis Gregorio como cómplice del delito de homicidio agravado, una inhabilitación en el ejercicio y derechos de funciones públicas, no conceder al acusado ni la suspensión temporal de la ejecución de la pena ni ningún mecanismo alternativo a la pena intramural”, dijo el togado en la audiencia de individualización de pena y sentencia que se desarrolló tras realizar la verificación del documento pactado.
“SE HIZO JUSTICIA”: VÍCTIMAS
Con el cierre del trágico suceso, los parientes de la víctima a las afueras del despacho judicial mostraron satisfacción por cerrar el lamentable capítulo.
Sixta Tulia Ceballos indicó a este medio de comunicación que aunque todavía no siente en su corazón el ánimo del perdón siente tranquilidad al saber que el asesinato de su hijo no quedó en impunidad.
“Estoy conforme con la condena, me siento tranquila de que la muerte de él no haya quedado en la impunidad porque fue la muerte más ruin que pudo haber recibido mi hijo, cerré un capítulo. Ya sigue lo que Dios quiera esperando en él la justicia divina”, manifestó la mujer, quien agregó que durante los seis años ha enfrentado etapas de duelo al tener que explicarles a sus dos nietos la ausencia de su padre.
PERFIL DEL MONSTRUO
Las investigaciones informan que Ramírez actuaba normalmente cosechando la confianza de las víctimas para que posteriormente accedieran a desplazarse con él para acecharlos y asesinarlos.
El ‘Monstruo de la Soga’ es considerado por las autoridades como uno de los sicópatas seriales más peligrosos del país, que mataba escalofriantemente a sus víctimas: con tres nudos de soga difícil de desatar; el primero ubicado en el cuello que conectaba con otro de las manos y a su vez con las piernas, es decir, que con el movimiento de los miembros inferiores, que quedaban flexionados, las personas morían por asfixia.
NO ES SU ÚNICA CONDENA
En agosto del 2013 un juez penal de conocimiento de la ciudad de Bucaramanga condenó a Ramírez Maestre a 34 años de prisión, por el asesinato de un joven mototaxista de 19 años, identificado como Jhon Jairo Amador de la Rosa, en hechos registrados en el mes de mayo del 2012, en la vereda Tenerife, del corregimiento El Centro; de esa población donde ocurrió el crimen salió uno de sus alias.