Luego del caso de ‘Cuchillo’
El Ministro de Defensa, Rodrigo Rivera, instó a los cabecillas de las organizaciones criminales y terroristas en el país para que se sometan a la justicia y eviten un final similar al de Pedro Guerrero Castillo, alias “Chuchillo”, cabecilla de la banda criminal ERPAC, quien murió el pasado sábado 25 de diciembre en la Operación Diamante, efectuada por la Policía Nacional con el apoyo de la Fuerza Aérea en el departamento del Meta.
“Lo que les espera a estos criminales es la cárcel, la extradición o la muerte en un operativo de esta naturaleza. Por eso nuestra insistencia en que dejen a un lado su empecinamiento criminal, se entreguen a las autoridades, se sometan a la justicia y se den una segunda oportunidad para ellos, sus familias y esta patria colombiana que lo que anhela es la paz”, dijo el Ministro Rivera durante una rueda de prensa, que estuvo encabezada por el presidente Juan Manuel Santos.
Y agregó: “Aquí tendrán el respeto pleno de sus garantías. Nosotros no queremos que nadie muera, queremos que dejen de hacer daño, que dejen de delinquir y lo vamos a conseguir por la razón o por la fuerza”.
El alto funcionario felicitó a la Policía Nacional y destacó la efectividad de su trabajo para dar con alias “Cuchillo”.
Sostuvo que el destino de las bandas criminales es su desaparición, y explicó que desde 2006 la afectación estructural de esas organizaciones se ha reducido en 75 por ciento, bajando de 33 a 7.
“Ya quedó atrás la época en la que estos criminales se consideraban intocables o blindados más allá del alcance de nuestra Fuerza Pública”, dijo.
Por su parte, el Director de la Policía, general Óscar Naranjo, explicó que la muerte de alias Cuchillo es el resultado final de 17 operaciones en la que se contó con fuentes humanas de inteligencia. Añadió que la Operación Diamante, contó con el despliegue de 300 comandos Jungla de la Policía, la movilización de 23 aeronaves y 4 equipos especializados “operación rastrillo”.
En la rueda de prensa, el General Naranjo mostró una pistola bañada en oro con incrustaciones de diamante y un cuchillo que fueron recuperados con el cuerpo de Pedro Guerrero Castillo.