EL CAIRO (AP) — Los gobernantes militares egipcios disolvieron el Parlamento y suspendieron la Constitución el domingo, satisfaciendo dos demandas claves de los manifestantes prodemocráticos, que mantienen la presión para que se apliquen de inmediato medidas que impulsen la transición hacia un gobierno civil democrático tras obligar a Hosni Mubarak a renunciar.
En su comunicado más reciente, el liderazgo militar que asumió después de la renuncia del presidente Hosni Mubarak , dijo que gobernará la nación durante seis meses o hasta que puedan efectuarse elecciones presidenciales y parlamentarias.
Los dirigentes militares dijeron que estaban formando una comisión para reformar la Constitución y establecer las reglas de un referéndum popular que apruebe las enmiendas.
Tanto la cámara baja como la alta del Parlamento fueron disueltas. Las últimas elecciones parlamentarias de noviembre y diciembre fueron muy manipuladas por el partido gobernante y eliminaron prácticamente cualquier representación de la oposición.
“Ellos definitivamente han empezado a ofrecernos lo que queríamos”, dijo la activista Sally Touma, reflejando una mezcla de cautela y optimismo entre los manifestantes que quieren ver más cambios, como la derogación de la represiva ley de emergencia.
El juez Hisham Bastawisi, un juez reformista, dijo que las acciones “deberían abrir la puerta para la libre formación de partidos políticos y abrir el camino para que cualquier egipcio compita en elecciones presidenciales”.
Hossam Bahgat, director de la ONG Iniciativa Egipcia para los Derechos Individuales, dijo que las medidas adoptadas por los militares fueron positivas, pero advirtió que Egipto avanza por un terreno jurídico inexplorado.
“A falta de una Constitución, hemos entrado en una especie de ‘zona de penumbra’ en términos de reglas, lo que nos preocupa”, dijo. “Es evidente que estamos monitoreando la situación y trataremos de influir en la fase de transición, con el fin de que se respeten los derechos humanos”, agregó.
El actual gabinete de ministros, nombrado por Mubarak poco después de las protestas masivas a favor de la democracia, iniciado el 25 de enero, permanecerá hasta que se forme un nuevo gabinete, un paso que no se espera que ocurra hasta después de las elecciones.
El consejo militar reiteró que cumplirá con todos los tratados internacionales acordados por Egipto durante la era de Mubarak, especialmente el tratado de paz con Israel.
Los soldados egipcios forcejearon el domingo con manifestantes que quedaban en la plaza Tahrir mientras desmantelaban las carpas de su campamento de protesta tras el fin de la presidencia de Hosni Mubarak, mientras varios brotes de descontento laboral, incluso de los propios policías, reflejan los desafíos del país hacia la democracia y la estabilidad.
Los policías se manifestaron por las calles de la capital, al igual que los trabajadores de una fábrica de cerámica, una empresa textil y al menos dos bancos. Los egipcios, emocionados por la caída de Mubarak, luchan ahora por mejorar sus condiciones de vida en un país donde la pobreza y otros serios problemas tardarán años o décadas en solucionarse.
Los soldados empujaban a un grupo cada vez menor de manifestantes que no querían abandonar las carpas de su sitio principal de protesta en la plaza Tahrir, ya que temen que los generales encargados de dirigir la transición a la democracia no cumplan con sus promesas.
El opositor Ashraf Ahmed dijo que los soldados pueden derribar su carpa, pero que no dejará el lugar “debido a que todavía hay mucho que hacer “.
Aún así, muchos manifestantes han abandonado la plaza en el centro de El Cairo y el tráfico fluía en la zona por primera vez en dos semanas, aunque algunos activistas intentaron bloquear vehículos colocando mantas en la carretera.
Unos mil policías que protestaron frente al Ministerio del Interior forcejearon con soldados que intentaron dispersarlos. Algunos soldados dispararon sus armas hacia el aire, pero después se retiraron para evitar un enfrentamiento serio con los manifestantes.