Después de cinco sufridos años de estar sumergido en el mundo de las armas, la selva, el maltrato y demás situaciones críticas vividas en un grupo al margen de la ley, “Chiqui” pudo escapar de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y recuperar la libertad que tanto anhelaba.
El jueves pasado, “Chiqui”, como le solían decir dentro de la organización terrorista, en medio del pánico e incertidumbre por su huida, logró escapar de un campamento de las Farc y se entregó ante las tropas del Batallón de Artillería N°2 La Popa.
El menor desertor fue, según su testimonio, obligado por cuatro hombres a ser parte de dicha organización, “cuando apenas cumplía 12 años llegaron hasta donde vivía y me dijeron que si no me iba para el monte con la guerrilla mataban a mi mamá y a mis hermanos”.
Fue cómo, al entonces pequeño, que hoy alcanza los 17 años, los uniformados lo sometieron a trabajos delincuenciales en la Red de Apoyo al Terrorismo.
“Quiero ver a mi familia, pido que me ayuden a recuperar mi felicidad” así lo manifestó el joven, luego de deponer las armas en las instalaciones de la Décima Brigada Blindada.
Hoy “Chiqui” hace parte del programa de Atención Humanitaria al Desmovilizado que ofrece el estado colombiano a aquellas personas que dejan las armas de manera voluntaria para regresar a la vida civil.
En el Bolívar
Mientras que en Cesar, el “Chiqui” se escapó de la selva, en Bolívar, específicamente en el sur del departamento, un menor fue rescatado de las filas de la Farc, en una operación sostenida por el Ejército Nacional de la Segunda División, con lo cual suman 28 los menores desvinculados de la organización terrorista en los últimos dos años en esta zona del país, según el Mayor General Juan Pablo Amaya Kerguelen, comandante de la Segunda División.
Un derecho vulnerado
En Valledupar se conmemoró entre el 27 y 28 de febrero el ´Día Internacional de la Prevención de Reclutamiento en Niños, Niñas, Adolescentes y Jóvenes’, por parte de la Agencia Colombiana para la Reintegración, (ACR), con el apoyo de la oficina de Gestión Social y el programa de Juventud.
En la jornada se le dio aplicabilidad a la estrategia regional de prevención del reclutamiento ‘Mambrú no va a la Guerra- es otro cuento’, que desarrolla la ACR en la Región Caribe a través de la Corporación Futuro de Colombia.
En ese encuentro, varias de las personas que hacen parte del programa y que son reinsertadas contaron sus historias:
“Pertenecíamos a las Autodefensas, nosotros tenemos una experiencia vivida que fue muy negativa para nuestra familia, es un terreno duro que no le deseamos a nadie; jóvenes ustedes son el futuro y progreso de nuestro país por eso no queremos que sufran y padezcan los problemas sociales y no cometan este error. Los jóvenes no deben convertirse en presa fácil para la delincuencia y el consumo de estupefacientes”.
El Brigadier General, Adelmo Fajardo Hernández, hace un llamado impetuoso a todos los guerrilleros de las Farc y ELN para que decidan regresar a sus hogares, “nuestros soldados están desplegados por todo el departamento del Cesar y la Guajira prestos a recibirlos y ayudarlos en la reincorporación a la vida civil”.
Por su parte, el Mayor General Juan Pablo Amaya Kerguelen, comandante de la Segunda División del Ejército Nacional especificó “esta es una práctica que vulnera los derechos del menor y se constituyen en un crimen de lesa humanidad”.