Un menor de cuatro años de edad que estaba desde el pasado 20 de abril desaparecido en el municipio de Manaure, Cesar, fue encontrado sin vida en La Guajira tras ser presuntamente asesinado por su propio padre en circunstancias que son materia de investigación.
El crimen habría quedado al descubierto en la mañana de este martes por unos ciudadanos que vieron un altar en la serranía del Perijá, más exactamente en zona limítrofe de los municipios La Jagua del Pilar y Urumita del vecino departamento, donde notaron la presencia de un cadáver.
El pequeño Gerardo Andrés Aragón Barón, quien residía con la abuela y su padre en el barrio San Antonio de Manaure, desapareció desde el pasado sábado cuando su padre se lo llevó para hacer unas diligencias.
Posteriormente, según las autoridades, el progenitor aparece comentándole a los familiares que había perdido al niño, por lo que estos desde ese día procedieron a publicar avisos en la red social Facebook con su fotografía pidiendo ayuda a la comunidad del departamento del Cesar.
“El lunes aparece él (el padre) diciendo que le habían dado escopolamina y él apareció en la terminal y no sabía cómo, y que ya no estaba el niño. La familia empieza a averiguar y le dijeron que él no había ido para Valledupar sino para La Jagua del Pilar a donde tenían ellos una finca desde hace mucho tiempo y allá al parecer procedió a asesinar al niño, lo enterró y hasta le hizo un altarcito donde lo enterró, presuntamente mató a su propio hijo y montó la historia de la escopolamina, pero hay gente de Manaure que lo vio venir de allá solo nuevamente lo recorrió y lo trajo y empezó a desenredarse el tema. Hoy la familia al saber que él estuvo por allá se fueron para allá encontraron el altar empezaron a sacarlo y vieron una manito”, dijo Ever Santana, alcalde de Manaure.
El padre de la víctima junto con la esposa recientemente había llegado de Venezuela a vivir a ese municipio cesarense pero por problemas personales la pareja se separó quedándose el bebé en casa de su abuela paterna.
Sin embargo, Adriana Aragón, tía del menor, indicó que apenas se estaban enterando de la muerte del niño y que estaban esperando que las autoridades les entregaran su cuerpo para aclarar lo sucedido.
“Yo vivo en Bogotá…no tengo mayor noticia, en las autoridades no se había puesto la denuncia estamos esperando que la mismas autoridades nos diga qué pasó este es un momento familiar muy duro donde no sabemos que pasó, él vivía con el papá y la abuela”, dijo Arango.
La Policía de este departamento dejó el caso en manos de la policía judicial de La Guajira para que fueran ellos los encargados de la inspección técnica cadáver.
De la víctima se conoció que nació en Venezuela pero sus padres eran colombianos.