“Yo mismo llevé a mi hijo hasta allá, porque se había ganado la salida. Eran exactamente las 3:50 de la tarde, viajaba en el carro con mi esposa y mis otros dos hijos y le dije antes de despedirme de él, que regresara a las 6:00 de la tarde, a más tardar a las 6:10, que no se fuera a pie, porque había mucho peligro, pero infortunadamente me llamaron que había ocurrido una tragedia”. Así recordó Roberto José Castillejo Ruíz, los últimos momentos de vida de su hijo Roberto de Jesús Castillejo Rojano, de 14 años, quien murió en la madrugada de ayer, tras desafiar la muerte durante 72 horas a raíz de un balazo que recibió en la región occipital.
Los hechos se registraron en una casa ubicada en la carrera 19 con calle 7B del barrio La Esperanza, en el norte de Valledupar, donde se reunieron cuatro compañeros de clase del colegio ‘Personitas’ a realizar tareas, pero la jornada concluyó en tragedia, cuando uno de los niños manipuló un arma de fuego y accidentalmente le disparó a su compañero.
Los médicos especialistas de la Clínica Laura Daniela de esta capital, donde se encontraba en la unidad de cuidados intensivos, conectado a varios equipos lo habían declarado clínicamente con muerte cerebral, toda vez que el proyectil le afectó el cerebro y le quedó alojado en la región frontal.
Según conoció EL PILÓN, el revólver con el cual se produjo la tragedia, al parecer, no estaba refrendado por su propietario desde hacía ocho años, razón por la cual, según la Policía podría ser vinculado a la investigación.
“Yo mismo lo llevé a esa casa”
Roberto José Castillejo Ruíz, quien es el secretario de hacienda del municipio de El Paso, manifestó no tener ningún resentimiento con el menor que mató a su hijo, ni con los familiares de él, por cuanto fue un caso fortuito y no intencional.
“Ellos eran muy amigos, los mismos cuatro niños que estaban el día de la tragedia, también iban a mi casa a jugar, a departir”, afirmó.
El padre del menor contó que un encuentro cara a cara con quien accionó el arma y lo perdonó.
“Yo no conozco al dueño de la casa donde ocurrió el hecho, pero sí a la familia del niño que accionó el arma de fuego, quienes tienen un valor humano muy establecido, tengo entendido que son creyentes y el menor que mató a mi hijo, llegó a mi casa junto con el papá y los observé muy dolidos; el niño se me acercó y me pidió perdón. Me comentó que le habían recomendado que no lo hiciera, porque no sabía qué reacción iban a tomar, pero tuvieron la gallardía de solidarizarse conmigo. Yo no lo voy a denunciar, porque ninguno quiere matar a otra persona, porque ellos eran amigos y no había ninguna intención de hacerlo”, relató Castillejo Ruiz.
“Quería ver a mi hijo en cuerpo ajeno”
El padre de la víctima anunció que autorizó la donación de los órganos, porque él quería ver a su hijo en cuerpo ajeno, pero no se los lograron extraer porque habían dejado de funcionar durante muchas horas. Vinieron hasta Valledupar familias de Bucaramanga para recibir los órganos, aquí los médicos hicieron todo el procedimiento, pero no se pudo concretar.
El cadáver del menor fue entregado la mañana de ayer a sus familiares, fue velado en cámara ardiente por espacio de una hora en el colegio donde estudiaba y luego lo trasladaron al corregimiento de La Loma, jurisdicción municipal de El Paso, donde a las 8:00 de la mañana de hoy miércoles será sepultado.
Por Abdel Martínez Pérez