Emiliano Zuleta Díaz y Julio Rojas Buendía han enfrentado un sinnúmero de contiendas musicales en una guerra de pitos y bajos en tarima, contra excelentes acordeoneros, logrando victorias en más de una ocasión. Ahora tienen otra dura ‘piqueria’ jurídica contra el sistema de salud que en el país está por el suelo, generando todo tipo de inconvenientes en los pacientes del régimen subsidiado y contributivo.
Dignos representantes de la música vallenata, Emiliano, rico en melodías, con un estilo inconfundible y tradicional heredado de su padre ‘El Viejo Mile’; y por su parte Julio Rojas, dos veces rey del Festival Vallenato, fue el acordeonero preferido por el Nobel de Literatura, Gabriel García Márquez.
Ambos emprendieron un litigio contra entidades de salud. El primero acudió a una tutela que obligara a la EPS a entregarle los medicamentos necesarios para contrarrestar algunas patologías. Y el segundo fue intervenido quirúrgicamente en un aparente mal procedimiento, ocasionando un deterioro en su salud, que hoy fue rectificado por los médicos.
Emiliano, quien será homenajeado este año en el Festival Vallenato junto a su hermano ‘Poncho’, dice estar bien de salud, que la EPS está cumpliendo y que no es cierto que sufre de tantas enfermedades publicadas por medio de la tutela fallada a su favor por el Juzgado Sexto Civil Municipal de Valledupar.
Concepto diferente al de Julio que se encargó de estudiar Derecho cuando se recuperaba de la operación a corazón abierto y ahora trabaja en una demanda para pedir reparación en sus derechos.
Mal procedimiento
Julio Rojas llegó a un chequeo rutinario a la clínica La Asunción de Barranquilla en el año 2001, pero se encontró con un médico que dictaminó obstrucción en sus arterias, por lo que debía someterse a una operación a corazón abierto. De no hacerlo, su vida corría peligro.
Sin tener más escapatoria el acordeonero accedió a la cirugía. Lo que no imaginaba Rojas era que dos años después debía regresar al quirófano porque portaba una válvula no compatible con su sistema cardíaco.
“El médico que me operó me puso una válvula que no debía ponerme. Son dos tipos de válvulas para el corazón; la mecánica y la biológica, entonces él me puso una de las dos que no era apta para una persona de 50 años y la válvula en dos años se dañó. Les tocó a los médicos reintervenirme”, explicó Julio Rojas.
“Estoy muy bien, fueron tres operaciones, pero gracias a Dios la ciencia está muy avanzada. El último compacto donde invité a ‘Poncho’ Zuleta lo grabé después de la tercera cirugía”, declaró.
Luego de la primera operación ingresó a estudiar Derecho en la universidad Simón Bolívar porque consideró que debía prepararse para enfrentar una batalla jurídica contra la Clínica La Asunción y el médico que decidió operarlo.
La tercera y última operación se la realizaron el año anterior, por un tiempo prudente tomó reposo y se alejó de las parrandas y la vida pública. “Ya tengo ocho meses y me siento bien, no ha incidido nada en mi vida pero decidí guardar reposo un tiempo”.
Aunque trata de darle manejo cuando se le pregunta por el proceso jurídico, Rojas Buendía reconoce que lo lleva.
“Estamos manejando una cantidad de cosas porque el derecho es con pruebas y la responsabilidad médica es muy difícil. El abogado casi la parte científica no la maneja bien, estamos reuniendo el acervo probatorio, eso está bastante adelantado y lo vamos hacer para sentar un precedente porque no pueden operar una persona de un día para otro sin convocar a una junta médica, sin cumplir los parámetros y exámenes porque yo llegué a las cinco de la tarde sin sentirme nada y al día siguiente, a las 12:00 del mediodía, estaba operado”, manifestó Rojas.
Argumentó que por vía de un derecho de petición pidió el reporte de cómo hizo el galeno para conseguir la orden para la cirugía, “un viernes a las cinco de la tarde, para operarme al día siguiente a las 6:00 de la tarde”, aseguró.
El acordeonero de San Juan Nepomuceno (Bolívar) tocó en más de 30 oportunidades para el nobel García Márquez en diferentes escenarios, pero la mayoría fue en la casa de Gabo en Cartagena.
“Conclusión, la cirugía mía fue por un error y me la corrigieron hace unos ocho meses”, advirtió Julio Rojas, quien es considerado el alumno más sobresaliente de Emiliano Zuleta Díaz.
Rojas ganó su primera corona en el Festival en 1983, por encima de Andrés Landero, Emilio Oviedo y Ovidio Granados. La segunda fue en 1994, derrotó a Ciro Meza, Emilio Oviedo y Orangel ‘el Pangue’ Maestre.
El caso de ‘Emilianito’
El homenajeado este año en el Festival de la Leyenda Vallenata solicitó la intervención de la Corte Constitucional para reclamar medicinas que su Entidad Promotora de Salud le negó sin justificación alguna.
Un fallo del Juzgado Sexto Civil Municipal, en junio de 2015, le autorizó a ‘Emilianito’ la entrega de medicamentos.
La EPS con quien lleva la contienda el hijo de Emiliano Zuleta Baquero y Carmen Díaz, es Cafesalud. El compositor asegura que necesitaba atención integral para combatir una enfermedad que lo aqueja hace muchos años.
El 12 de noviembre de 2015 el magistrado Jorge Pretelt presentó un recurso de insistencia, que fue aceptado, para que se revisara la tutela y no solo se entregaran los medicamentos, sino un tratamiento integral.
Luego de una lucha judicial de más de seis meses, inicialmente con una sentencia de primera instancia y luego con la petición ante la Corte Constitucional, Cafesalud accedió y el músico comenzó a recibir el tratamiento que requiere.
Emiliano afirmó que el hecho de la tutela contra la EPS no debía llevar tanta trascendencia porque ya está recibiendo los medicamentos y la atención oportuna de la entidad de salud.
Aunque el recurso de insistencia asegura que el acordeonero ganador de la Canción Inédita en el Festival Vallenato padece hipertensión, diabetes millitus, hipercolesterolemia y gastritis aguda, el mismo Emiliano afirma que “no estoy tan complicado”.
“No tengo diabetes, ni soy hipertenso, yo tomo medicamentos porque hace años tengo un marcapaso, además, tomo antigripales y pastillas para la acidez porque fui operado de bypass. Desde hace dos meses todo está en orden”, recalcó.
Jorge Ignacio Pretelt advirtió que existe una orden médica que manifiesta la necesidad urgente para brindarle este tratamiento. El despacho considera que no tiene justificación que la EPS niegue esta atención médica basándose en que el acordeonero acudió a un médico particular ajeno a la organización.
A causa de sus males, Emiliano compuso una canción donde narra que por cuatro años dejó la mayoría de sus comidas favoritas, el licor y otras cosas.
“Yo no tenía mucho de tiempo de no tomarme un trago, porque era que yo estaba en un fuerte tratamiento, pero ahora que si puedo yo me estoy desquitando pa’ quitame las penas que llevaba por dentro (…) Los médicos amanecen y beben en casetas y a los pobres pacientes quieren quitarles el ron (bis) ellos comen sancocho con yuca y chicharrón y si uno está muy gordo le mandan una dieta (bis)”, dice apartes de la canción ‘El desquite’.
Por ahora Emiliano Zuleta sigue trabajando en sus cosas personales, alterna su vida diaria con las grabaciones musicales y espera los eventos que cumplirá con su hermano ‘Poncho’ en el marco del Festival Vallenato.
Un fallo del Juzgado Sexto Civil Municipal, en junio de 2015, le autorizó a ‘Emilianito’ la entrega de medicamentos.
Julio Rojas llegó a un chequeo rutinario a la clínica La Asunción de Barranquilla en el año 2001, pero se encontró con un médico que le dictaminó obstrucción en sus arterias y en menos de 24 horas le hizo una operación a corazón abierto.
Carlos Mario Jiménez
carlos.jimenez@elpilon.com.co