Un mecánico automotriz identificado como Edgar Morales Esteves de 37 años, natural de Bucaramanga y radicado en Valledupar, fue ultimado de un impacto de arma de fuego que recibió a la altura de la sien, al parecer por oponerse a un atraco momentos en que a bordo de su vehículo llegaba a su residencia en horas de la noche del pasado jueves, cuyo cuerpo quedó al interior del mismo automotor.
Dos hombres que se movilizaban cada uno en motocicleta, al parecer lo siguieron hasta su vivienda localizada en la carrera 14 con calle 33 del barrio Doce de Octubre de esta capital y cuando detuvo el vehículo marca Toyota de placas DVC-298, color verde oscuro, fue abordado para que abriera la puerta del automotor y al no acceder a esas pretensiones, le dispararon inicialmente al vidrio lateral izquierdo y una vez lo reventaron a tiros, le propinaron otro balazo en la cabeza que acabó con su vida cuando era trasladado a la Clínica Santa Isabel de Valledupar.
“Nosotros no sentimos los disparos, pero sí algunos ruidos, lo que motivó a su esposa, Damaris Torres Herrera a abrir el portón del garaje porque supuestamente él había llegado. En vista que no metía el carro, ella pensaba que se había quedado dormido, es así que se acercó al vehículo y lo encontró bañado en sangre. “Ella decía que aún respiraba con dificultad, pero cuando llegaron a la clínica, ya había perdido los signos vitales”, explicó Alfredo Torres, suegro de la víctima.
Los delincuentes se apropiaron de por lo menos 700 mil pesos en efectivo que portaba producto del trabajo del día, de igual forma se llevaron los documentos de identidad y no lograron llevarse dos celulares, ni el reloj que tenía.
“Mi papá, no tenía enemigos, lo mataron fue para robarle”, reveló una de sus hijas en diálogo con EL PILÓN.
Por Abdel Martínez Pérez
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