El 6 de abril de 2015, se presentó ante el Ejército Nacional, un hombre de 38 años, conocido con el alias de ‘Manuel’, quien dio a conocer su decisión de desmovilizarse de la guerrilla de las Farc y junto a él llegó ‘Xiomara’, una joven de 19 años.
Evadiendo la mirada, ‘Manuel’ inició su historia. Contó que ingresó al frente 19 de las Farc que opera en el departamento del Cesar y Magdalena, en el año 1990, cuando apenas tenía 13 años. “Yo entré a las filas, porque cuando tenía 10 años, asesinaron a mi padre y a raíz de eso me tocó irme a trabajar a una finca en el corregimiento de Cuesta Plata, en Pueblo Bello y allá llegaron unos guerrilleros, que me propusieron irme con ellos, a lo que yo accedí porque me pareció el camino más fácil”, expresó el exguerrillero.
‘Manuel’ dijo que recién llegado al campamento no lo ponían a hacer trabajo pesado, y durante un año lo prepararon a través de un curso básico de entrenamiento. “Este es un curso para aprender a defenderse ante cualquier ataque, luego me pusieron a patrullar las áreas a donde me enviaban”, acotó.
Fueron 25 años de su vida, los que duró ‘Manuel’ en las filas de Farc, pero al ver que estaba envejeciendo y el tiempo pasaba, ya no veía ningún futuro, además aseguró que ya la guerra no es como antes, “ya no le encuentro sentido”, dijo.
De igual manera, ‘Manuel’ expresó que su mayor deseo de ahora en adelante es poder trabajar dignamente y que su caso sirva como ejemplo y enseñanza para los demás guerrilleros; “lo que más anhelo es poder ayudar a mi mamá que fue una de las personas que me dio motivos para dejar las armas, por eso durante una comisión por el lado de Los Mangos le propuse a ‘Xiomara’ que nos escapáramos, fue así como llegamos al Batallón de Ingenieros”, afirmó.
‘Manuel’, quien es natural de Valledupar, dio a conocer que su principal trabajo en el Frente 19 de las Farc era encargarse de la siembra de alimentos para la supervivencia del grupo, y aseguró que está dispuesto a trabajar en cualquier empleo, pues se considera un hombre trabajador y que sabe hacer de todo. “Hoy me siento contento con la decisión que tomé, además mi familia y los amigos de la infancia también están felices por haberme desmovilizado, principalmente mi mamá que siempre me decía que dejara ese oficio para estar tranquilo junto a ellos, y todas esas palabras fueron calando en mi mente hasta que me decidí”, indicó ‘Manuel’.
“Balas van, balas vienen”
‘Manuel’ contó a EL PILÓN que su primer combate lo vivió a los 15 años de edad, sin embargo no sabe a cuántas personas pudo haber asesinado con su arma; “como dice el dicho “balas van, balas vienen y uno en esos momentos uno no sabe si alcanza a darle a alguna persona o no, porque uno lo hacía era por mi defensa, pero sí estuve en varios combates”, puntualizó el desmovilizado, quien aseguró que quien ingresa a la guerrilla lo hace voluntariamente porque allá no obligan a nadie a ingresar a las filas.
“El mensaje que yo le doy a los guerrilleros es que se rectifiquen, y que cuando tengan la oportunidad se vengan, porque aquí no es como nos lo hacía ver, que nos iban a matar y a desaparecer; por el contrario nos dan un buen trato y todo lo que necesitemos para reintegrarnos a la sociedad”, concluyó ‘Manuel’.
‘Xiomara’ se cansó del trabajo pesado
La joven de 19 años, ingresó a las Farc cuando apenas tenía 14, confiando en que en las filas, la vida sería mejor; “un comandante de la comisión me hablaba que allá me iban a dar los estudios y unos compañeros me convencieron de irme, pero nada de lo que me ofrecieron me lo cumplieron, al contrario me pusieron a hacer trabajo pesado y de agricultura; por eso me aburrí de tirar rula y de cultivar, y le hice caso a ‘Manuel’ de entregarnos”, expresó la exguerrillera.
‘Xiomara’ dijo que ella perdió a su familia en una masacre realizada por los paramilitares en el corregimiento de Carreipía en La Guajira; sin embargo se siente mucho más tranquila al haberse desmovilizado, y espera poder conseguir un trabajo digno, a pesar de no haber podido terminar sus estudios. Así mismo, ‘Xiomara’ anhela conformar un hogar y reintegrarse a la vida civil.
Redacción Judicial/ EL PILÓN