Serán dos condenas las que tendrá que pagar el empresario Carlos Mattos Barreiro por sobornar a varios jueces del país en la puja legal que tenía con su antigua empresa, la multinacional Hyundai.
Una de esas sentencias provendría por el proceso que se adelanta ante el Juzgado 11 Penal del Circuito con función de Conocimiento de Bogotá en el que aceptó cargos, la mañana del jueves, por el delito de cohecho por dar u ofrecer.
No obstante, su abogado Omar Juan Carlos Suárez Acevedo pidió que enviaran al empresario a cumplir la condena a un establecimiento carcelario de Barranquilla, preferiblemente militar, debido a que en esa ciudad tiene actualmente su arraigo familiar.
La petición fue reforzada por el mismo procesado al que le concedieron la palabra en la audiencia. “Imploro que se me permita cumplir mi condena más acorde con mi estado de salud, que se me permita acceder a los tratamientos médicos que requiero por mis quebrantos físicos que están ampliamente documentados y no con esto quiero prerrogativas más allá de que la misma ley permita”, afirmó Mattos, quien aprovechó el espacio para pedir perdón al país por el daño ocasionado.
El empresario por este caso deberá responder por haber pagado $100 millones a la exjueza 16 civil municipal de Bogotá con el fin de que dejara en firme las medidas cautelares que lo beneficiaron para seguir comercializando vehículos Hyundai en Colombia.
EL OTRO CASO
Pero también deberá purgar otra condena que sobrevendrá por el proceso ante el Juzgado 30 Penal del Circuito de Bogotá en el que recientemente también se allanó a los cargos por los delitos de cohecho por dar u ofrecer y daño informático agravado.
En este pleito su situación jurídica hubiese sido peor de no ser porque precluyeron los delitos de acceso abusivo informático agravado y utilización ilícita de medios de comunicación.
La audiencia para emitir esta sentencia está prevista a desarrollarse este próximo viernes 22 de abril. Así las cosas, Carlos Mattos Barreiro permanecerá por un largo tiempo privado de la libertad ya sea en la cárcel de Cómbita en Boyacá donde está recluido o en el centro carcelario que decida el despacho.