- Martha Cala Brugés, gerente de Mercabastos, denunció amenazas contra su vida.
Poner en evidencia algunas irregularidades que encontró al llegar al cargo como gerente de Mercabastos, le han costado a la economista y contadora, Martha Cala Brugés, perder la tranquilidad.
El pasado seis de abril, a eso de las diez y veinte de la mañana, una llamada a su celular le alteró el sosiego de su acostumbrada jornada. Una voz al otro lado del teléfono, de un hombre que se identificó como ‘Felipe’ de las Autodefensas, le dijo fríamente: “Tiene 72 horas para que renuncie y deje de hostigar tanto en la Fiscalía sobre los procesos que lleva Mercabastos. Esta llamada es única”. Descaradamente, el sujeto remató con la pregunta ¿entendió?, a lo que la funcionaria, atónita y casi paralizada, atinó a responder “si señor”.
Desde entonces, en lugar de atender sus acostumbradas gestiones al frente de la comercializadora, ha tenido que visitar la URI, el Comando de Policía y hasta interponer un derecho de petición para que se le brinde la seguridad que requiere para proteger su vida.
De manera valerosa, Cala Brugés se atrevió a salir a los medios de comunicación para denunciar la amenaza de las que es objeto, tanto ella como su esposo, Oscar López, con el propósito de que todos sus familiares, amigos y compañeros de la Administración, ante cualquier eventualidad, tengan conocimiento de la situación y que podría haber motivado la situación.
Sin dar nombres de algún sospechoso ni señalar a nadie, simplemente remitiéndose a los hechos que ella considera podrían ser el punto de partida de las amenazas, Martha Cala Brugés aseguró que aunque siente temor, está confiada en que las acciones que ha emprendido son para beneficio de la empresa que orienta, la cual encontró al borde de una liquidación, pero con mucho esfuerzo y un resultado no tan impactante como ella desearía, en dos meses logró descartar esa posibilidad y sacar a Mercabastos adelante.
Las denuncias
Según la funcionaria, por iniciativa del concejal Antonio Montaño, el año anterior en el Concejo Municipal se debatió la situación de Mercabastos, en donde, tras un estudio acucioso y responsable que presentó a los servidores, detectó un dinero faltante de unos ingresos que provienen de los arrendamientos que pagan los artesanos del Parqueadero Calle Grande, el cual administra la entidad.
Según ella, en el mismo debate, los artesanos del parqueadero demostraron con soportes en mano, que se encontraban adelantados en sus pagos y que tal deuda, de más o menos $46 millones, no era real.
Por supuesto, los concejales la conminaron para que denunciara la irregularidad ante la Fiscalía, porque si ella no lo hacía, ellos la denunciarían por no ejercer las acciones que le correspondían (omisión).
Poco a poco, fueron apareciendo en la cuenta de Mercabastos algunos dineros, lo que a la final dejó un total de $26 millones que no aparecen. Esa fue una primera investigación.
Otro malestar que ronda por Mercabastos tiene que ver con la no renovación de los contratos de dos funcionarias de la empresa, a quienes se les preavisó con mucha antelación que no habría prórroga de los mismos; EL PILÓN investigó y pudo confirmar que una de ellas es precisamente quien había sido encargada para recibir el dinero de los arriendos de los artesanos, quien además, fue desvinculada porque había abandonado su cargo sin justificación.
La decisión de la Gerente de Mercabastos incomodó a los miembros del sindicato, quienes en forma airada le aseguraron que iban a defender a las dos compañeras, utilizando todos los medios posibles para lograr que las reintegraran a sus cargos.
La funcionaria Martha Cala Brugés cuenta hoy con el respaldo del alcalde, Luis Fabián Fernández Maestre, y aún no anunciado si se mantendrá en el cargo, o si por el contrario presentará su renuncia.