Cumbre del G-20:
TORONTO (AP) — Los líderes mundiales que asistieron a la cumbre del Grupo de los 20, se comprometieron a realizar recortes ambiciosos para reducir sus déficits presupuestarios, pero es probable que fracasen en cumplir cabalmente con sus metas.
Luego de destinar enormes cantidades al rescate de la economía global, tras la peor crisis en décadas, las naciones más avanzadas del G20 cambiaron su rumbo y prometieron reducir sus déficits a la mitad en términos de la economía global en tan sólo tres años.
La promesa, hecha por el grupo que incluye a naciones que representan un 85% de la economía mundial, podría implicar un gran cambio en la forma en la que manejan sus finanzas. Podría impulsar importantes aumentos de los impuestos y recortes masivos en programas del gobierno, incluyendo populares programas de asistencia como la Seguridad Social y Medicare en Estados Unidos.
Los líderes del G20, entre ellos el presidente estadounidense Barack Obama, insistieron en ruedas de prensa de cierre de la cumbre que realmente están comprometidos con sus palabras, sonando como si una nueva era de austeridad estuviera a la vuelta de la esquina.
Ciertamente existe la posibilidad de que la crisis de la deuda soberana de Grecia haya asustado a muchas naciones que tienen grandes deudas y las haya impulsado a mejorar sus presupuestos para evitar su propia tragedia al estilo griego.
“Otros países han visto lo que le pasó a Grecia y se han preocupado. Están enfrentando déficits y deudas pesadas, que son abrumadoras”, dijo Mark Zandi, principal economista de Moody’s Analytics.
El compromiso de reducir el déficit, incluso en el comunicado conjunto del G20 emitido el domingo, parecía realmente espectacular. Las naciones desarrolladas prometieron reducir sus déficits a la mitad del porcentaje total de sus economías en tres años y dijeron que estabilizarán sus finanzas de aquí a 2016.
Para la mayor parte de las naciones esto significará un gran cambio, en especial en comparación con los últimos dos años, un periodo en el que los déficit se dispararon a medida que los gobiernos aumentaron el gasto público y redujeron impuestos en un intento por evitar que la Gran Recesión 2007-2009 no se convirtiera en la Gran Depresión de la década de 1930.
Sin embargo, legisladores en Estados Unidos y otros países que deben enfrentar a sus electores han demostrado poco entusiasmo a la hora de tomar decisiones difíciles, como el aumento de impuestos y la eliminación de programas de asistencia, necesarios para estabilizar el sistema financiero.
“Las metas del G20 son muy buenas, pero la historia nos dice que es muy poco probable que sean cumplidas”, dijo Sung Won Sohn, un profesor de economía en la Facultad de Economía de la Universidad del Estado de California.