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Las buenas y malas noticias de la educación

Mientras los universitarios cesarenses comenzaron el año 2014 con inconformidades por las becas de Fedescesar, tanto que los estudiantes de la Universidad Nacional Abierta y a Distancia –UNAD- casi se quedan sin ellas, sumado a los altos costos de las matriculas en el caso de la Popular del Cesar y otras luchas de los estudiantes de la educación superior pública, los colegios también tienen su carga a cuestas. En Valledupar los docentes empezaron el año lectivo con paro, enfrascados en una pelea con la Administración Municipal, con justa o injusta causa, según la óptica de donde se mire, situación que afecta a los educandos que perciben un mensaje negativo.

Pero no todo ha sido malo. Por fin se comienza un año escolar con el programa de alimentación escolar, paralelo al inicio de clases. Esto es un logro que hay que reconocer de parte de las autoridades educativas del Cesar, al igual que la educación rural en convenio con la Diócesis de Valledupar. Estos son logros que se ahogan en medio de las malas noticias y que vale la pena resaltar.

Existen otras buenas noticias.

Los aprendices del Sena en el Cesar gozarán de mejores condiciones, debido a que se beneficiarán con el ciento por ciento del salario mínimo –antes solo era del 75 por ciento- y también podrán acceder a estudios superiores mediante un convenio que firmó esta seccional con la Fundación Universitaria del Área Andina. Una oportunidad para que los técnicos y tecnólogos del Sena puedan convertirse en profesionales en sus áreas.

Por los lados de la Universidad Popular del Cesar, a pesar de sus padecimientos económicos frente a otras universidades públicas del país que cuentan con mayores recursos, se tuvo una noticia positiva relacionada con los avances del proyecto del Programa de Medicina, que aunque es a largo plazo, hace sus pasos lentos, pero seguros.

Y qué decir de las escuelas normales del Cesar, en los municipios de Manaure y Rio de Oro, que recibirán una millonaria inversión (más de tres mil millones de pesos) de parte del Ministerio de Tecnología de la Información y las Comunicaciones –TIC-, para fortalecer sus centros de investigación y desarrollo e incursionar en nuevas prácticas pedagógicas.

No todo es malo.

También hay buenas noticias. Y en ese sentido, es importante llamar la atención de las autoridades locales y departamentales para que sincronicen las acciones tendientes a ofrecer un mejor servicio de educación pública. Los niños y niñas de la Escuela Rafael Castro Trespalacios en la margen derecha del rio Guatapuri que hoy reciben sus clases sentados en el suelo, si no llevan ellos mismos donde hacerlo, no deben quedar en medio de la irresponsabilidad de los adultos.

Los secretarios de Educación no deben dejar todo para última hora, ni poner pañitos de agua tibia para solucionar en el camino los problemas. Todo debe obedecer a una seria y comprometida planificación. Solo así, profesores, educandos, padres de familia y Estado podrán tener unas mejores relaciones, en procura de una población educada y formada.

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