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La última cita de Mónica

En esta calle del barrio Villa Consuelo residía Rafael Martelo y Mónica Montes. EL PILÓN / Judicial.

Ayer, Rafael Martelo Cantillo cumplió 59 años, quizás el peor cumpleaños de su vida, porque la celebración que pensaba hacer junto a su familia, quedó solo en planes. Ahora se encuentra en la camilla de un hospital con heridas producidas a cuchillo, y lo más probable es que cuando sea dado de alta no vuelva a la humilde casa que habita junta su madre, sino que será enviado a la cárcel por haber matado a su novia, Mónica Patricia Montes Martínez, de 42 años.

Se trata de dos vecinos de Villa Consuelo, un barrio estrato uno en la periferia del noroccidente de Valledupar, donde los familiares y amigos aseguran desconocer que ellos sostuvieran una relación sentimental, que solo se destapó con la muerte de Mónica.

Rafael es soltero, separado y con varios hijos de su antigua relación, vive en la casa 12, esquina de la manzana 14 de Villa Consuelo; Mónica, oriunda de El Copey, también era soltera, separada y con hijos de otra relación, vivía arrendada en una habitación de la esquina ubicada al otro extremo de la misma calle.

Quienes los conocían aseguran no saber del noviazgo, a Rafael solo se le veía llegar cerca de la esquina de donde vivía Mónica para realizar llamadas en el SAI que funciona en la tienda, la misma tienda de la que salió Mónica el pasado viernes, a las 7:00 de la mañana, para cumplir una cita.
“Ella padecía problemas en los riñones y tenía un tratamiento, por lo que siempre salía temprano a las citas médicas, no le preguntábamos mucho para no meternos en la vida ajena”, contó uno de los moradores de la casa donde ella habitaba.

Precisamente, su amiga Ligia Mendoza la iba a acompañar al médico, pero la cita nunca se cumplió. “Ella había llegado de viaje, yo fui a la casa a saludarla y me dijo que hoy (viernes) la acompañara a partir una cita con el urólogo por estaba enferma, entonces me dijo yo te llamo y nunca me llamó”, recordó.

Sin embargo, en esta oportunidad la cita de Mónica no era médica, sino amorosa. Así quedó en evidencia cuando pasadas las 8:00 de la mañana, ingresó con Rafael al Motel Cancún, ubicado en la calle 19E entre carreras 15 y 14, cerca al Mercado Público.

“Seguidamente los empleados del motel se percatan de una situación irregular en la habitación, llaman a la Policía y es allí cuando la patrulla del cuadrante muy rápidamente atiende este llamado y encuentra el hecho lamentable, el cuerpo sin vida de la señora Mónica y por supuesto logra de manera inmediata la captura del señor Rafael que por las heridas que presentaba fue trasladado en ambulancia al hospital”, manifestó el comandante operativo de la Policía Cesar, coronel Jorge Urquijo.

Agregó el oficial que las heridas que presenta el agresor, en cuello y tórax, al parecer, el mismo se las ocasionó, “todo esto es objeto de investigación”.
Mientras los investigadores realizaban la inspección técnica a cadáver los demás clientes del establecimiento quedaron sorprendidos por el escalofriante crimen y uno a uno fue saliendo ante la mirada curiosa de las decenas de personas que se apostaron frente al portón de la calle 19E, para observar.
El cadáver de la mujer fue trasladado a las instalaciones de Medicina Legal y Ciencias Forenses, donde los peritos establecieron que la muerte se produjo por ataque con objeto corto punzante; una puñalada en lado izquierdo del pecho que le tocó el corazón, otra en el lado derecho que le afectó otros órganos vitales y la tercera en el brazo izquierdo.

El mismo viernes en horas de la tarde, los hijos de Mónica residentes en El Copey llegaron a la morgue para reclamar el cuerpo de su madre y trasladarlo a su tierra natal.

Mientras en el Hospital Rosario Pumarejo de López, el homicida, Rafael Martelo Cantillo, era intervenido quirúrgicamente y luego fue ingresado a la Unidad de Cuidados intensivos, donde se recupera satisfactoriamente bajo vigilancia de la Policía.

Ayer, en su cumpleaños no había motivos para celebrar y en su lugar de convalecencia lo visitó un sacerdote, mientras las autoridades preparaban la audiencia para legalizarle captura, imputarle cargos y dictarle medida de aseguramiento como presunto responsable del delito de homicidio.

¿Qué llevó a Rafael a matar a Mónica? Sobre esta pregunta las autoridades han establecido varias hipótesis, una de ellas es que la mujer habría decido terminar la relación que sostenía con este hombre, que no habría asimilado la decisión. Sin embargo, los investigadores del caso avanzan en las investigaciones y con las confesiones de Rafael despejarán las dudas sobre el idilio que terminó en tragedia.

Perfiles
Mónica era comerciante de ropa en Valledupar y esporádicamente en El Copey. De Rafael se conoció que hasta hace un tiempo tenía su propia tienda en el barrio Bello Horizonte, pero la vendió y actualmente vivía de sus ahorros.

Por Redacción Judicial / EL PILÓN

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