La historia de Tanja:
Por: LIBARDO CARDONA. Associated Press.
BOGOTA.AP. El impacto de la esbelta mujer con una amplia sonrisa y boina negra fue inmediato. Apenas descendió del avión que la llevó a La Habana, el pasado 5 de noviembre, todo el mundo se preguntó quien era esa joven de nombre extraño, Tanja Anamary Nijmeijer, que se abrazaba en la pista con curtidos comandantes guerrilleros como Iván Márquez y Jesús Santrich, y con “Shirley”, la otrora compañera de Víctor Julio Suárez o “El Mono Jojoy”, el jefe militar de las FARC muerto en un bombardeo en 2010.
La curiosidad aumentó cuando se supo que Tanja, como se la conoce, era holandesa e integraría el equipo negociador de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia en el naciente proceso de paz con el gobierno del presidente Juan Manuel Santos que busca poner fin a casi 50 años de confrontación armada.
Aunque el rol de la holandesa no está claro ni al interior de las FARC ni en las negociaciones que inician el lunes 19 de noviembre, Tanja, de 34 años, es una combatiente que lleva casi una década en la jungla y ha sobrevivido al menos a un bombardeo militar.
Mucha expectativa
Su presencia en las negociaciones de paz ha generado tanta o más expectativa que la de antiguos líderes de un movimiento guerrillero, que tiene una base netamente campesina.
No sólo es la única europea de la que se tiene plena certeza de que milita en las FARC, sino que le da a la guerrilla un cierto aire internacional y exótico, además de una vocera capaz de hablar varios idiomas, incluidos el inglés y el español, de forma fluida.
“Dicen que estoy aquí porque he estado en las FARC por 10 años, soy guerrillera y hablo inglés”, dijo Tanja citada por el diario holandés Trouw (palabra que en español se traduce como veracidad), y que la entrevistó en La Habana. “Puedo traducir documentos. Eso es útil”.
Su ingreso a la guerrilla
Consultados por The Associated Press activistas, ex guerrilleros ahora en la legalidad, activistas de derechos humanos y el único periodista que la entrevistó en la selva dijeron que la mujer es un enigma y recurrieron a las palabras de Nijmeijer al momento de describirla: “Simplemente ingresé (a la guerrilla) porque no soporto vivir bien a costa de otros, eso es todo”.
“Especulan los comentaristas en la prensa que tal vez yo sea una ‘wanna be’ (aspirante a) revolucionaria, que tal vez tenga problemas sicológicos, que tal vez venga de una familia descompuesta. No señores”, dijo Tanja, de figura delgada, de tez blanca y pelo largo castaño, en una carta publicada en febrero de 2011 en la página en Internet de las FARC.
Sin embargo, su historia y dicción, en perfecto español, le ponen un condimento especial a los diálogos de paz, cuya primera ronda se prevé para el 19 de noviembre en Cuba.
“Nadie sabe hasta el momento si va a hablar, o si va a ser la traductora, o la vocera, o la representante ante la prensa, o está realmente como una persona que va a negociar cosas de contenido”, dijo Liduine Zumpolle, una activista holandesa que trabaja con desmovilizados de la guerrilla y que lleva viviendo más de 30 años en Colombia.
En 2010, Zumpolle fue coautora del libro “Tanja, una holandesa en la guerrilla colombiana”.
“Se ganó el puesto”
El periodista colombiano Jorge Enrique Botero, quien la entrevistó dos veces en la selva en 2010 y 2011, cree que ella se ha ganado un puesto en la guerrilla por su notable formación académica. “Va a ser una mujer muy útil (para los rebeldes). por el hecho de ser políglota”.
No cree, sin embargo, que será una negociadora directa en la mesa de conversaciones. Es posible que cumpla más bien funciones de relaciones públicas y tal vez aporte sus conocimientos idiomáticos.
Tanja, la segunda de tres hermanas, estudió idiomas y lenguas romances en la prestigiosa Universidad de Groningen y habla holandés, inglés, español, francés, alemán e italiano.
“Ha adquirido una enorme destreza para moverse en la selva”, dijo Botero. “Es muy fuerte físicamente y con una pasmosa decisión política que refleja en cada una de sus palabras”.
Contra ella pesaban dos órdenes de captura que el Fiscal General de Colombia, Eduardo Montealegre, suspendió a solicitud del gobierno y mientras duren los diálogos.
Una de las órdenes de captura fue expedida con fines de extradición como copartícipe del secuestro en 2003 de tres contratistas estadounidenses que permanecieron en poder de las FARC por más de cinco años.
La orden fue fechada en enero de 2011 y expedida por la Fiscalía colombiana a petición de Estados Unidos.
Los tres estadounidenses eran contratistas de ese gobierno y fueron rescatados en julio del 2008 junto a la ex candidata presidencial colombo-francesa Ingrid Betancourt y a 11 militares y policías más.
En julio de 2003, Tanja fue la traductora de una entrevista que Botero les hizo en la selva a los entonces rehenes estadounidenses Thomas Howes, Keith Stansell y Marc Gonsalves.
Ella “fue la traductora de la primera prueba de vida”, dijo Howes a la AP.
“Mi llegada a Colombia fue pura coincidencia”, dijo Nijmeijer a Botero, quien publicó un libro sobre ella títulado ‘La vida no es fácil, papi’. “Yo he leído en algunos medios de comunicación que fue fruto del trabajo de las FARC en Europa, que me reclutaron en Holanda y eso no es cierto”.
“Yo ni siquiera conocía a Colombia, la busqué en el mapa y la encontré en Latinoamérica”, le insistió la holandesa al periodista que la describió como “una muchacha muy europea en todos sus rasgos” porque, a pesar de que “tiene las huellas de un poco de años en la selva en su cara y en su cuerpo, es una mujer totalmente blanca”.
Tanja llegó por primera vez a Colombia hacia 2001 a dictar clases de inglés en un colegio de la ciudad de Pereira, a 175 kilómetros al oeste de Bogotá. Allí, según dijo a Botero, fue influenciada ideológicamente por un profesor de matemáticas que militaba en las FARC.
En el libro de Botero, Tanja dice que ingresó a las FARC en octubre de 2002 “porque la revolución se va a dar aquí, en Colombia”. Como nombre de combate en la “Red Urbana Antonio Nariño” o Ruan del grupo rebelde y que opera principalmente en Bogotá y zonas cercanas, Tanja escogió el de “Alexandra” porque, según dijo, siempre quiso llamarse así.
En el libro de Botero se afirma también que a los pocos días de su ingreso a las FARC le fue encomendada una misión. Se trataba de obligar a los dueños de una empresa de ropa deportiva a pagar una “vacuna” o “impuesto” que la guerrilla les exige a las personas que consideran ricas en Colombia.
Los corresponsales Michael Corder en La Haya, Holanda y Frank Bajak, en Lima, Perú, contribuyeron a esta información.