El frente 41 de las Farc ejerció control en las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, en la zona rural del corregimiento de Mariangola desde la década de los 80 hasta 1996 cuando se presentaron las primeras incursiones de las Autodefensas Unidas de Córdoba y Urabá, bajo el mando de Salvatore ‘El Mono’ Mancuso.
Los guerrilleros hacían ‘pescas milagrosas’ en la vía Valledupar- Bosconia y trasladaban a los secuestrados hacia las sierras de Mariangola y Villa Germania. Sin embargo, ese dominio territorial de la guerrilla empezó a menguar la madrugada del 20 de noviembre de 1996, cuando los paramilitares incursionaron por primera vez a Villa Germania.
El reloj marcaba las 5:00 de la mañana, muchos dormían mientras otros ya iniciaban sus jornales en el campo, aproximadamente 30 hombres llegaron al pueblo, tumbaron puertas y con lista en mano buscaron a los colaboradores de la guerrilla.
Aunque los paramilitares comandados por alias ‘Baltazar’ destruyeron todo a su paso, quemando varias casas, un vehículo y explotando un cilindro de gas, solo encontraron a uno de los nombres de la lista, un hombre conocido como El Negro Mindiola, a quien asesinaron delante de los vecinos.
“Ya nos habían avisado porque habían estado en Chimila y en Nuevo Colón, nos dijeron que los paramilitares se iban a meter a Villa Germania”, recordó Reina Hernández, quien se tuvo que desplazar con su familia ante el temor de que algo malo le pudiera pasar porque los hombres vestidos de militares preguntaban insistentemente por su esposo, el corregidor del pueblo, Ángel Martínez, para que él como autoridad saliera a recoger los muertos.
Con el pueblo en ruinas, en los días siguientes inició el éxodo de familias que dejaron fincas con cultivos y animales. En la región de Mariangola, Caracolí y Villa Germania, el paramilitarismo se convirtió en uno de los principales factores del desplazamiento de la población civil y el responsable del despojo y abandono de tierras, a raíz de la violencia generalizada por medio de masacres, asesinatos selectivos, amenazas, torturas, secuestro, desapariciones forzadas e intimidaciones en contra de la población civil.
“Esa fue la primera incursión en Villa Germania, yo hice parte de esta con El Tigre, El Negro Medina, Baltazar, y alias Barranquilla”, dijo Francisco Gaviria, alias ‘Mario’, en indagatoria con la Fiscalía 44 Especializada de la Unidad Nacional contra el Desplazamiento y la Desaparición Forzada, el 6 de noviembre de 2013, en la cárcel Modelo de Barranquilla.
Alias ‘Mario’ precisó que para esa operación recibió órdenes directamente de ‘El Mono’ Mancuso, actualmente recluido por narcotráfico en la Prisión de Northern Regional Warsan Jail en Estados Unidos.
Otro paramilitar indagado por la Fiscalía por su participación en esos hechos fue Jorge Escorcia Orozco, alias ‘Rocoso’, excomandante de frente Resistencia Chimila, quien explicó que para esa época los grupos de los departamentos de Magdalena y Cesar hacían operativos conjuntos.
En ese mismo sentido se pronunció uno de los más sanguinarios hombres que tuvo las autodefensas, John Jairo Esquivel Cuadrado, alias ‘El Tigre’, que explicó que en 1996 se conformó un centro de operaciones de los paramilitares en las Sabanas de San Ángel, (Magdalena), desde donde durante cuatro años grupos móviles de las Autodefensas Campesinas de Córdoba y Urabá lanzaron múltiples acciones contrainsurgentes en poblaciones ubicadas, entre otras, en zonas bajas de las estribaciones de la Sierra Nevada.
“Para el 20 de noviembre de 1996 yo era encargado de escuadra y me encontraba en el Magdalena, pero hay que tener en cuenta que el grupo al que yo pertenecía hacia incursiones en Cesar; entrábamos y salíamos, pero permanecíamos en el Magdalena”, indicó ‘El Tigre’, en declaración rendida el 5 de noviembre de 2013 en la cárcel Modelo de la capital del Atlántico.
Dijo que esa incursión fue guiada por alias ‘Leonardo’ o ‘El Flaco’ que había sido guerrillero, era el encargado de señalar a los auxiliadores de los grupos subversivos.
A diferencia de los demás exparamiitares relacionados anteriormente, ‘El Tigre’ no solo se acogió a sentencia anticipada por el desplazamiento de las familias de Villa Germania, sino que también lo hizo por el homicidio de la única víctima fatal de esa incursión, ‘El Negro’ Mindiola.
Otro personaje que participó de la operación fue Luis Carlos Ávila Teherán, alias ‘Gustavo’, ‘Barranquilla’ y también conocido como ‘El Chueco’, investigado por despojo de tierras a familias campesinas en el departamento del Magdalena.
Ávila Teherán, oriundo de Puerto Escondido, (Córdoba), actualmente con 40 años de edad, está recluido en la cárcel Rodrigo Bastidas de Santa Marta, donde decidió acogerse a sentencia anticipada por la incursión a Villa Germania y por ello el pasado 30 de octubre el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Valledupar lo condenó a 42 meses de prisión por desplazamiento forzado.
Alias ‘Gustavo’ ingresó a las Auc en 1996 y se desmovilizó una década después en Chimila, corregimiento de El Copey, donde fue comandante de escuadra en los departamentos de Cesar y Magdalena. Además perteneció al frente ‘Dalvis Santana’ bajo el mando de alias ‘Danilo’ con injerencia en El Difícil, Pueblo Nuevo, Cuatro Vientos, Bosconia, El Paso, El Cruce de Chiriguaná y Astrea.
En 1998 fue detenido por porte ilegal de armas y las autodefensas le pagaron el abogado que le ayudó a recobrar libertad en el 2000. Posteriormente, llegó a San Ángel, (Magdalena), donde fue segundo comandante financiero hasta que se desmovilizó.
En octubre de 2013, la Policía lo capturó en una vivienda en la carrera 6 con calle 46 del barrio Santuario de Barranquilla, al tener en su contra investigaciones relacionadas con el despojo de tierras a familias campesinas en el departamento de Magdalena y era requerido por la Fiscalía de Santa Marta por los delitos de desplazamiento forzado, extorsión agravada y concierto para delinquir.
Alias ‘Gustavo’ fue señalado por hechos que datan de 2005, cuando, según las autoridades, lideró diferentes acciones criminales de intimidación contra residentes en el municipio de Ariguaní.
La forma de delinquir, de acuerdo con los datos de la Policía, consistía en obligar a las víctimas a firmar escrituras de las tierras, bajo amenazas.
Las investigaciones han arrojado además que Ávila podría estar involucrado en el homicidio de un campesino en Ariguaní. Esta persona, además, habría sido despojada de un predio de unas 67 hectáreas de extensión, según información oficial.
También se dio a conocer que la esposa del capturado se encuentra recluida en la cárcel de San Diego, en Cartagena, investigada igualmente por desplazamiento forzado y extorsión agravada.
Mientras los responsables de sembrar el terror en Villa Germania son juzgados, en este pueblo la gente quiere dejar atrás la época de la violencia y se respiran nuevos aires con los que decidieron volver y los que nunca se fueron de esta población bendecida al ser bañada por los ríos Garupal, Las Lajas, El Diluvio y Santa Tirsa.
La comunidad de Villa Germania quiere ser modelo de perdón y reconciliación para las poblaciones vecinas que también fueron azotadas por la violencia. Limita hacia el norte con el municipio de Pueblo Bello; hacia el occidente limita con el municipio de El Copey; al oriente y sur limita con el corregimiento de Mariangola y al suroccidente con el corregimiento de Caracolí.
¿Sabía usted que…?
Durante la época precolombina, la región que actualmente conforma el corregimiento de Villa Germania, fue dominada por los indígenas de la etnia Chimila. Con la llegada de los colonizadores españoles a la región a mediados del siglo XVI, la zona fue convertida en fincas o sabanas comunales para el pastoreo de ganado. Los indígenas fueron diezmados o desplazados hacia las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta.
El reloj marcaba las 5:00 de la mañana, muchos dormían mientras otros ya iniciaban sus jornales en el campo, aproximadamente 30 hombres llegaron al pueblo, tumbaron puertas y con lista en mano buscaron a los colaboradores de la guerrilla.
Por Redacción Judicial /EL PILÓN