La Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, la Convivencia y la No Repetición, señala en su Informe Final sobre los hechos del conflicto social y armado colombiano que para la construcción de paz se requiere una nueva visión de seguridad.
“Establecer una nueva visión de la seguridad para la construcción de paz, como bien público centrado en las personas, que nos permita superar las lógicas del conflicto armado en el que hemos vivido”, indica el órgano de paz.
Pero esa nueva visión también permitiría, según la Comisión, “cambiar la manera como el Estado entiende y hace presencia en los territorios y reconstruir la confianza sobre la base de diálogos entre los ciudadanos y las instituciones, en particular la fuerza pública”.
La fuerza pública es concebida por la Comisión como un elemento fundamental para la paz territorial y el fortalecimiento institucional.
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SEGURIDAD DEMOCRÁTICA
Sin embargo, es posible afirmar que parte de esa misionalidad de los uniformados se desdibujó durante la época más cruda de la guerra interna, en palabras de algunos investigadores que han trabajado el conflicto.
Así lo constató uno de los militares retirados que se acogió a la Jurisdicción Especial para la Paz, JEP, por las ejecuciones extrajudiciales (‘falsos positivos’) cometidas por el Ejército Nacional de Colombia.
Se trata de Yeris Gómez, quien señaló durante una audiencia pública de reconocimiento en Valledupar las fallas de la política de ‘Seguridad Democrática’ del gobierno de Álvaro Uribe Vélez a inicios de la década del 2000.
“Esa era la Seguridad Democrática, solo para matar a personas inocentes que no tenían nada que ver con el conflicto armado”, expresó Gómez ante las víctimas de la región Caribe que asistieron al acto de reconocimiento el pasado mes de julio.
El hombre de 40 años es uno de los militares que participó en la alianza entre los paramilitares y el Batallón de Artillería Nº 2 La Popa y que dejó alrededor de 127 civiles presentados como bajas en combate con el fin de recibir beneficios por parte de la institucionalidad.
Yeris Gómez hizo parte del citado batallón entre los años 2002 y 2008, participó en más de 20 hechos donde resultaron asesinados por lo menos 50 civiles.
ÁLVARO URIBE
Como parte de contribuir al esclarecimiento de lo ocurrido, la Comisión también ha expuesto que dicho modelo de seguridad implementado “terminó siendo útil a otros sectores políticos y de la élite económica en la guerra”.
Por su parte, el expresidente Uribe Vélez refutó hace unos días, a través de su cuenta de Twitter, lo relatado por la Comisión.
“Eso que dijo la Comisión no es verdad”, escribió el exsenador antioqueño, y adjuntó algunos “logros” de la Seguridad Democrática . Según Uribe, entre 2002 y 2010, los homicidios se redujeron en alrededor del 45 % y en el mismo periodo los asesinatos a sindicalistas pasaron de 196 casos a 15.
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