Al terminar las investigaciones de la Misión de la ONU en Colombia sobre el baile que realizaron, el pasado 31 de diciembre, los observadores en el Punto de Preagrupamiento temporal de las Farc en Conejo, La Guajira, el organismo garante decidió separar de sus cargos a tres de sus miembros, así como al supervisor directo.
Luego de la decisión, la Misión de Observación ratificó su papel como garante imparcial y su compromiso con las partes ante el cese al fuego y la dejación de armas de los guerrilleros que se reincorporarán a la vida civil.
La polémica surgió luego que se publicara un video en el que se observa a los miembros de la ONU bailando con guerrilleras en el campamento de La Y de las Marimondas, mientras celebraban la llegada del 2017, lo cual fue objeto de críticas a nivel nacional.
Antes de tomar la decisión que fue dada a conocer ayer, la Misión de Observación había calificado el comportamiento de sus trabajadores como inapropiado. “Este comportamiento es inapropiado y no refleja los valores de profesionalismo e imparcialidad de la Misión de la ONU en Colombia, por lo que se tomarán las medidas que correspondan”, fue la expresión del organismo tras la publicación del video.
Ante esta situación, Imelda Daza Cotes, miembro de la organización Voces de Paz, aseguró que hay un “sobredimensionamiento del escándalo”.
“Se armó un tsunami en un vaso de agua. No tiene sentido guardar tanto celo frente a un encuentro festivo entre funcionarios de la ONU y miembros de las Farc que comparten por demás todos los días una jornada laboral, porque todos ellos hacen parte de una misión de monitoreo y verificación que está compuesta por 18 personas”, expresó la vocera del movimiento que hace acompañamiento a los debates del Congreso de la República relacionados con el proceso de paz.
La Misión que hace monitoreo para que lo pactado en La Habana se cumpla, en la Costa Atlántica tiene su sede en Valledupar, por lo que Daza Cotes considera que no hay que satanizar el hecho de que un fin de semana, que además era año nuevo, los implicados en el proceso fueran a compartir.
“¿Cuál es el misterio? ¿Qué la ONU va a perder su imparcialidad?, entonces la perdería todos los días porque trabajan juntos. Lo que ha habido es una hecatombe que le hizo eco el enemigo número uno de la paz”, acotó.
Por su parte, el grupo guerrillero que señaló el video como un “show mediático”, afirmó que no se puede desestimar la labor de los observadores por un baile, así mismo anunciaron que retirarán a su componente del Mecanismo de Monitoreo y Verificación local del Punto Transitorio de Normalización de Conejo, hasta tanto la ONU no clarifique el despido de su personal bajo el argumento “de
ser un hecho inapropiado y hostil el acto de compartir e integrarse con las comunidades, los guerrilleros y sus familiares”. Así lo expresó el Estado Mayor del Bloque Martin Caballero de las Farc en un comunicado.
La ONU, con más de 400 observadores, es garante de que los compromisos pactados en desarrollo del proceso de paz se cumplan.
Un nuevo baile por la paz
Como respuesta a la polémica originada por el video del baile del 31 de diciembre de 2016, la comunidad del corregimiento de Conejo ha organizado y convoca a las organizaciones sociales y comunitarias de la Región Caribe a participar en otra jornada que han llamado ‘Un baile por la paz’.
Esta actividad se llevará a cabo el próximo 13 de enero en el corregimiento guajiro, donde se encuentra el Punto de Preagrupamiento de las Farc.
“Desde este territorio tan ale- gre y festivo nos duele que algu-nos medios estén juzgando a los miembros de la ONU por unirse a la alegría y el festejo, no solo por la llegada del año nuevo, sino por el fin de una larga guerra”, indicaron en un comunicado los voceros de la Junta de Acción Comunal y dirigentes de organizaciones sociales del corregimiento de Conejo.
Por Andreina Bandera