Este lunes, Joaco Guillén, exrepresentante del fallecido cantante de música vallenata Diomedes Díaz, recordó a su ‘compadre’ con una fotografía y una anécdota de cuando a ‘El cacique’ le regalaron un carro BMW deportivo.
‘El amigo que siempre estuvo ahí’, como lo mencionó Diomedes en muchas de sus canciones, relató que tenían un amigo guajiro, Samuel Alarcon, “quien quiso mucho a Diomedes y fue muy detallista con él”. ‘El cacique’ en agradecimiento por los detalles que le hacía Alarcón, siempre le cantaba los 18 de julio de cada año por motivo de su cumpleaños.
Joaco contó que en una ocasión, en la ciudad de Barranquilla, Samuel los acompañó al toque y a eso de las 2:00 de la mañana le pidió a ‘El cacique’ que le tocara una serenata a su novia. “La muchacha vivía en un quinto piso y le tocó a Diomedes cantar desde abajo, sin sonido, garganta a garganta”.
Samuel Alarcón quedó agradecido con Diomedes y “llamó al celador del patio donde él guardaba sus carros y le dijo que le entregara los papeles y las llaves de un BMW 280 gris deportivo. Cuando llegamos nos encontramos con la sorpresa que para sacar el carro había que sacar un camión 600 que estaba dañado y no nos daba vía para sacar el carro, mi compadre Diomedes, El Cocha y yo nos pusimos a empujar ese camión pero ni lo movimos y me dijo El Cacique: ‘Compadre, hay que sacar el carro como sea porque mañana se le pasa la borrachera a Samuel y se arrepiente”.
El manager de muchos años, y compadre de Diomedes Díaz, contó que lograron mover el camión y sacar el carro: “Salimos a las 3:30 de la mañana a Valledupar y mi compadre super feliz con su BMW deportivo, Diomedes se quedó dormido y cuando despertó veníamos entrando a Valledupar y me dijo: ¿Compadre, por dónde vamos? Y le dije: ‘Acá entrando a Valledupar’. Y me dice: ¿Cómo así, usted cuántas horas se echó? Y le dije 2 horas y 40 minutos”.
Joaco relató que Diomedes estaba tan ‘javao’ con su carro que le dijo: “Compadre usted me iba a fundir el motor del carro, este carro no me lo maneja más”.
Joaco Guillén pensó que las palabras de Diomedes eran verdad, sin embargo, contó Guillén, que era tanta la emoción que a las 4:00 de la tarde lo llamó y le dijo: “Compadre, vamos a dar una vuelta en el BMW con los vidrios abajo pa’ que nos vean”.