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La historia detrás de la historia: voces de los perseguidos tras el ‘Robo del siglo’

He pasado toda mi vida escribiendo este libro”, comparte Melquiades Salas Anteliz, autor de Sombras de codicia. Foto: Jesús Ochoa

Hace 30 años, el 17 de octubre de 1994, los funcionarios del Banco de la República llegaron a su lugar de trabajo y se encontraron con la impactante escena del saqueo de una de las bóvedas. Ladrones ajenos a Valledupar, junto con miembros de la fuerza pública, se convirtieron en protagonistas de un evento inaudito para una ciudad que hasta entonces era considerada limpia y segura, donde no se registraban actos delictivos de tal magnitud.

Los detalles de este robo han sido ampliamente documentados en notas periodísticas, producciones televisivas y libros que buscan reconstruir la memoria colectiva. Un ejemplo es “Sombras de Codicia: la historia oculta del robo del siglo” de Melquiades Salas Anteliz. Sin embargo, en esta ocasión, el autor ofrece una perspectiva poco explorada, centrándose en las experiencias vividas por los funcionarios del banco a lo largo de estos 30 años.

“Este libro está dedicado a Marco Emilio Zabala, Héctor Fabio Grajales (que en paz descanse), Cristo Humberto Lobo Carrillo y Carlos Augusto González Collazos”, se lee en la presentación. El auditorio, expectante, aguarda las historias de vida de quienes reviven su historia a través de este texto, especialmente el testimonio del gerente de la sucursal, Marco Emilio Zabala.

“Ese episodio cambió por completo mi vida; le dio un giro de 180 grados. Antes del robo, llevaba una vida construida con mucho esfuerzo personal, estudio y trabajo. Logré ingresar al Banco de la República, una gran institución, y desarrollé una carrera meritoria hasta llegar a la gerencia de la sucursal de Valledupar. Sin embargo, esos hechos truncaron mi trayectoria y transformaron mi vida en un verdadero viacrucis”, cuenta Zabala por videollamada desde Bruselas, Bélgica. 

Zabala continúa resumiendo: “Me convertí en víctima por tres frentes distintos. En primer lugar, fui víctima de la acción delictiva que afectó al banco. Como gerente, me vi directamente impactado por el robo. Luego, enfrenté una investigación que era natural y lógica, pero la forma en que actuó la justicia me convirtió en víctima nuevamente. Los fiscales, más preocupados por obtener resultados mediáticos que por esclarecer los hechos, decidieron enviarme a prisión sin pruebas que demostraran siquiera un indicio grave en mi contra. Además, intentaron negociar con los delincuentes para configurar una causa falsa en mi contra”.

Los testimonios de los protagonistas del libro conmovieron a los asistentes, entre ellos Alba Luz Luque, presidenta honoraria de la Fundación Aviva, una organización dedicada a conservar y divulgar el patrimonio cultural de Valledupar. “Cuando me enteré del robo, estaba en un vuelo hacia Tokio. Recibí la noticia a través de una revista internacional muy reconocida y no podía creer que algo así hubiera sucedido en Valledupar. La publicación no fue inmediata, sino que apareció unos tres o cuatro días después del atraco”.

“Me preguntaba cómo habían logrado superar todas las barreras de seguridad del banco. Recordé haber visto una película llamada ‘Rifi’, y pensé que quienes lo hicieron debían tener un ingenio excepcional. No podía imaginar que fueran vallenatos. Ahora, 30 años después, me encuentro aquí y veo a las víctimas de este suceso. Hay una gran diferencia entre observar a los delincuentes y escuchar a los inocentes que sufrieron las consecuencias de algo que no cometieron. Me impactó especialmente la historia del director del banco, Marco Emilio Zabala”, compartió Luque con profunda emoción.

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Treinta años después, el suceso de un robo de tal magnitud en una capital que recién se levantaba tras la creación del departamento del Cesar sigue siendo objeto de estudio para investigadores y analistas. Este evento lastimosamente transformó la percepción de la seguridad en la región y de los vallenatos.

Por Katlin Navarro Luna /EL PILÓN

Periodista: