Las extorsiones que se realizan en el país a pequeños comerciantes y que van desde mil pesos hasta grandes sumas de dineros a ganaderos y contratistas , se han convertido en unas de las fuentes de finanzas de la delincuencia común, Paramilitares Urabeños, Rastrojos y las Farc en el Cesar y el resto del territorio colombiano.
Según las investigaciones de las autoridades son varios los factores que han influido para que en el departamento del Cesar, se haya disparado en los últimos años la extorsión.
El presidente Juan Manuel Santos, a comienzos de años en un pronunciamiento realizado durante su visita a Valledupar manifestó, que la mayoría de las extorsiones que se realizaban en el departamento provenían de la cárcel de Alta y Mediana Seguridad de Valledupar.
Un lugar deshonroso
En un anuncio realizado por el director Nacional de los Gaulas Militares, coronel José Ángel Pirela reveló que el Cesar es el segundo departamento del país con mayores casos de extorsión, provenientes fundamentalmente de la delincuencia común, las bandas criminales y la guerrilla.
Aunque el anunció es alarmante, las cifras que mantiene al Cesar entre los departamentos con más extorción con los hechos violentos que han sufrido algunos locales comerciales de la ciudad, que se han atribuido a presión por parte de los extorsionistas para que paguen las sumas de dineros exigidas.
EL alto oficial no reveló cifras concretas pero aseguró que el Cesar es el segundo departamento del país afectado por la extorsión, por lo que las autoridades vienen realizando las acciones para contrarrestar esta situación y pidiendo a los ciudadanos y comerciantes que realicen las respectivas denuncias.
El coronel Pirela aseguró que los primeros son los departamentos de la Costa Atlántica, entre ellos Magdalena, Cesar, La Guajira, Antioquia, después siguen Bogotá y Huila.
Víctimas de las presiones
Cuatro atentados a locales comerciales en Valledupar se han realizado en lo que va corrido del año, y según las indagaciones de las autoridades estas fueron realizadas por bandas criminales que operan en el Cesar, como una forma de presionar a su victimas para que paguen las ‘vacunas’.
El 6 de julio, un hecho similar se registró en la Discoteca La Nota del Valle, ubicada en el barrio Sabanas del Valle, cuando un hombre en medio de la pista de baile activó una granada de fragmentación y dejó nueve personas heridas.
Un artefacto explosivo de bajo poder fue accionado por desconocidos el pasado 14 de agosto, en el interior del estanco Don Mao, ubicado en el popular sector de La Ceiba. La explosión causó millonarios daños materiales en el interior del establecimiento de bebidas, que ya había cerrado sus puertas al público.
El 30 de agosto, desconocidos arrojaron una granada de fragmentación en un taller de la ebanistería de nombre Servicios & Suministros Cocinas Integrales, ubicado en la calle 19E con carrera 15 del barrio Las Flores, a pocos metros de la avenida La Popa.
El último acto criminal se llevó a cabo en el mes de septiembre está vez contra una compraventa de carros ubicada en la avenida Simón Bolívar, en el establecimiento Autos La Ceiba, en la carrera 19 o Avenida Simón Bolívar con calle 21, donde minutos después hizo presencia el alcalde de Valledupar, Fredys Socarras Reales, quien atribuyó el hecho, en su momento, a las bandas criminales que están extorsionando a los comerciantes de la ciudad.
La extorsión a funcionarios
El 4 de agosto en el barrio La Popa de Valledupar la Fiscalía capturó a Liseth Quintero Misat, de 44 años, cuando recibía dos cheques de la alcaldía de La Paz, por el valor de 200 millones de pesos, que según las autoridades eran producto de una extorsión de la cual era víctima el alcalde de ese municipio Wilson Rincón.
Tiempo después Jaider Enrique Oñate Arzuaga, se entregó a las autoridades para dar la cara ante las investigaciones que se adelantan en su contra por su presunta participación en una millonaria extorsión al alcalde, cuando junto con Liseth Quintero Misat, presuntamente se hacían pasar por miembros de los Urabeños.