Encabezando la lista en la categoría Infantil se encuentra Dylan Campo Sayas, un joven riohachero que se ha robado los aplausos de turistas y propios que asisten al parque de El Helado, donde se desarrolla este concurso del Festival de la Leyenda Vallenata.
Su talento a la hora de digitar el acordeón fue desarrollado desde que tenía cinco años, cuando sus padres le regalaron uno de juguete y con el pasar de los años su interés fue creciendo hasta lograr sacarle notas al instrumento profesional.
“Desde muy niño me compraban acordeones de juguete y le sacaba sones, luego cuando cumplí los nueve pude tener un acordeón de verdad y desde entonces no he dejado de practicar para ser un rey vallenato”, contó el joven riohachero.
Su curiosidad por el instrumento insignia de la música vallenata, el acordeón, también se dio porque ha crecido viendo a cantantes y acordeoneros llegar a su ciudad, Riohacha. “Me gustaba mucho escuchar los acordeones, desde entonces me imagino como un gran artista de este instrumento y admiro mucho a Rolando Ochoa”, manifestó Campo.
En su familia no es el único que interpreta el instrumento, su padre lo hace y es un gran impulso para que el joven artista se enamore cada día más de este arte. El ritmo que más le gusta interpretar es la puya, “porque tiene mucho sabor y es el que más se interpreta”.
A pesar de que en su participación el año pasado no logró entrar a los 25 favoritos, este año llegó con la mejor disposición y preparación para llevarse la corona.
Sueña con ser rey vallenato porque quiere ir subiendo peldaños que le permitan ser reconocido como uno verdadero juglar y tocar al lado de los mejores cantantes.
En su conjunto lo acompañan: Jeison Flórez en la caja y Samuel Flórez en la guacharaca.
En Riohacha, La Guajira, es conocido como ‘Álvarito López’, algo que lo hace sentirse orgulloso, porque este es un gran acordeonero. “Me llena de orgullo ser comparado con este gran acordeonero y me impulsa a ir perfeccionando mi talento”, acotó Campo Saya. Además de su talento artístico, se destaca en el colegio y también sueña con ser geólogo.
Por Jennifer Polo / EL PILÓN