Karen Lizarazo canta desde los nueve años y es dueña de una voz potente y versátil. Comenzó a hacerlo gracias a su abuela paterna, Aurora Piedrahita de Lizarazo, una antioqueña criada entre rancheras, tangos y boleros, los mismos géneros que inculcó en su nieta.
Nunca pensó que cantar vallenato se convertiría en su forma de vida, hasta que vio por primera vez en concierto a Kaleth Morales. Tenía 14 años, fue en su natal Aguachica cuando pensó y sintió que algún día quería ser una artista que si está cantando un tema alegre pueda transmitir esa emoción, “que la gente se sienta feliz; y que si está interpretando una canción triste, pueda meterse en el alma de las personas”, relató a NUESTRO FOLCLOR.
Pero el episodio con Kaleth Morales fue el que, en sus palabras, le partió la vida en dos y marcó el inicio de su carrera musical.
“Yo siempre cantaba vallenato, de Diomedes, pero de Kaleth me impresionó además de su voz, la forma cómo interpretaba sus composiciones, su carisma, ese derroche de alegría que transmitía cuando entonaba sus canciones. La forma de ver a su grupo, no como los músicos, sino como una familia”, manifestó.
Al año siguiente Karen terminó el bachillerato y debía decidir cómo encaminaría su vida. El primer obstáculo, asegura, fue su padre, quien temía que debido a la música abandonara o descuidara sus estudios profesionales.
Con el fin de lograr su cometido, le propuso un pacto a su padre, quien terminó buscándole las presentaciones, mientras la mayor de sus hijas obtenía un logro en la facultad de Derecho, carrera que estudió en Bogotá y de la que egresó con honores. Aunque le aseguró a su padre que su hobby era la música y su pasión, el derecho, en su interior, sabía que los roles estaban invertidos.
Su primer trabajo musical fue el sencillo ‘Dime’, una canción de la autoría de por Fabián Corrales.
Hoy tiene tan solo 26 años edad. Es cantante y compositora, ha compartido escenarios con artistas de la talla de Jorge Celedón, Silvestre Dangond, Iván Villazón, Peter Manjarrés y ‘El Cacique de La Junta’, Diomedes Díaz antes de morir. “Subir al escenario y demostrar tu talento frente a los grandes ídolos no es fácil, se siente mucha adrenalina, pero sobre todo una satisfacción indescriptible. Recuerdo que al terminar el disco yo me iba a bajar de la tarima y me dijo que quería seguir cantando conmigo. La emoción aun no puedo describirla”, manifestó Lizarazo.
Esta mujer es una de las grandes voces del vallenato femenino, un camino que no es fácil debido a que es un género que durante mucho tiempo han prevalecido en manos de los hombres. Sin embargo, ha recibido críticas constructivas y asegura que nunca se ha sentido discriminada. “Se siente muy bien cuando llegas a una tarima y sientes la receptividad del público. Pese a que nunca he sentido algún tipo de rechazó, puedo asegurar que el machismo del que se habla en el vallenato viene desde el género femenino”, resaltó.
Aunque tiene claro que “el vallenato es un género machista”, está convencida de lo que puede lograr en la música del acordeón. “Me gustaría dejar muy alto el nombre de la mujer en el vallenato. Quiero llevar la batuta del vallenato femenino”, asevera. Ella resalta que su gran responsabilidad es rescatar el vallenato nativo, sus sonidos armónicos y sus letras profundas.
Karen Lizarazo siente que está trabajando en ello, el primer paso es cantar con responsabilidad, el segundo fue abrirle el tour por Europa a Jorge Celedón y que en escenarios de Madrid, Paris, España se escuchara su voz.
“Esto fue un paso muy grande para el folclor vallenato femenino, en España no se imaginaban que en Colombia se estuvieran cantando vallenato desde que murió Patricia Teherán. Por eso siento que esto fue un aporte bien grande para nosotras las que estamos trabajando por esto hace tiempo”, puntualizó Karen Lizarazo, quien sueña con conquistar a los extranjeros que valoren las canciones hechas por las damas.
Karen Lizarazo prepara dos canciones que servirán de antesala a su primera producción completa, en el sencillo viene una canción de Rolando Ochoa y una sorpresa de Iván Calderón, quien desde que murió Patricia Teherán no le daba una canción a una mujer.
Por Ariadne Osorio Ponce