Es el guardián de los ancestros en la cultura vallenata, así lo consideran conocedores, periodistas y, especialmente, los líderes de su etnia arhuaca. Se trata de Kandymaku, el mismo que hace muchos años viene luchando por resaltar su raza indígena ante los ojos del mundo, con su voz acompañada del acordeón, la caja y la guacharaca.
En este 2020 cuando los hermanos mayores en la Sierra Nevada de Santa Marta hacían súplicas por salvaguardar la tierra, este sociólogo de profesión se concentró en realizar una nueva producción musical, ideando la grabación de un mosaico homenaje a Los Diablitos del Vallenato.
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La espera dio resultado. Kandymaku alcanzó el éxito y reconocimiento por el público con su interpretación, así como el acompañamiento de sus coterráneos. Con su ruana, gorro y atuendo indígena, el mundo conoce que este joven talento que canta el vallenato que busca ser preservado por la Unesco al declararlo Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
“Es un trabajo de muchos años, de saber que gracias a nuestra cultura el mundo entero conoce el vallenato, entonces porque nosotros como hermanos mayores, con un grupo ancestral que trabaja por mantener intactas nuestras raíces no teníamos una representación dentro del género, no solo para hacer música, ganar dinero y ser famosos, no, que el público sepa que los indígenas nacimos con el vallenato”, declaró Kandymaku, quien cierra como el artista más representativo de la cultura vallenata en el 2020.
El Mosaico Romántico se ubica hoy en los primeros lugares de la radio nacional, siendo del gusto de los amantes del vallenato que le reconocen su talento y capacidad profesional.